María de los Ángeles Sacnun y Mario Galizzi definieron las políticas libertarias, en consonancia con el plan impuesto por la última dictadura cívico militar.
Al cumplirse hoy un nuevo aniversario del inicio de la última dictadura cívico militar, la exsenadora nacional María de los Ángeles Sacnun evocó las implicancias del “terrorismo de Estado que se puso en marcha para eliminar a los líderes sindicales, políticos, sociales, estudiantiles que se oponían a un modelo económico muy similar –enfatizó– al que se está implantando nuevamente en Argentina a partir del gobierno de Javier Milei”. Así se expresó la dirigente justicialista al ser entrevistada por Ciudadanos (que se emite este domingo, a las 20, por Somos Santa Fe, Somos Rafaela y Somos Rosario).
Para la militante kirchnerista y oriunda de Firmat, las medidas económicas que marcan la coyuntura “son la continuidad del gobierno de Mauricio Macri”, en virtud del endeudamiento. “El proceso de endeudamiento, que se inició con el golpe cívico militar en 1976, hizo eclosión en 1989. En 2001 tuvimos una segunda crisis de deuda que arrasó, también con las instituciones de la República Argentina”, planteó Sacnun, mientras recordó que el período kirchnerista estuvo marcado por el desendeudamiento.
“Este 24 de marzo tiene que ser de memoria, verdad y justicia, de reivindicación de los derechos humanos y de condena al terrorismo de Estado. Pero también de condena de un modelo económico que llevó adelante una planificación de la miseria”, postuló la exsenadora.
A su turno, Mario Galizzi, dirigente de Apyme, sostuvo sobre la actual situación del sector que representa: “La destrucción es mucho más rápida que la de 2001. En este caso, la gente arranca con un salario en dólares muy bajo, con un nivel de fragilidad económica muy fuerte y habiendo parado todas las actividades de un día para otro”. Esto supone la paralización de la obra pública, más “dejar fuera de juego a las industrias” por el aumento de tarifas y la apertura de importaciones que, en su conjunto, configuran una realidad “anárquica”.