Así lo contó la periodista santafesina Gabriela Jonas Aharoni, quien reside en Israel hace más de 30 años. En el país ya se alcanzó la inmunidad de rebaño y hace pocos días se puede circular y estar en espacios abiertos sin barbijo. “Estamos volviendo a la vida que hacíamos”, dijo.

Israel levantó el pasado domingo la obligación de usar tapabocas en lugares públicos y retomó por completo las clases presenciales, en un nuevo alivio de las restricciones por coronavirus luego de una exitosa campaña de vacunación y una prolongada cuarentena

Gabriela Jonas Aharoni nació en Moises Ville, vivió en Rosario, donde trabajó como periodista en La Capital, actualmente vive en la localidad de Meitar, en el sur de Israel.

Es docente secundaria y universitaria, enseña Comunicación Social e investiga temas relacionados a géneros televisivos, especialmente ficción seriada argentina.

“La salida fue escalada, este fue un gran cambio”, contó Gabriela al programa televisivo Apto para Todo Público.

Todas las escuelas primarias y secundarias del país reabrieron hoy sus puertas para las clases presenciales. “Alumnos de primaria y secundaria estudiaron sin cápsula, con cursos llenos”, dijo la santafesina residente en Israel.

“Más de 60% de la población ya se vacunó con la primera dosis y 50% con la segunda dosis en una población de 10 millones de personas”, dijo. Vale remarcar que la única vacuna con la que se inoculó a Israel es con la de Pfizer.

A partir de la vacunación, “bajó la cantidad de enfermos graves”, según dijo Gabriela.

“Se puede ir a restaurantes y hoteles, estamos volviendo a la vida que hacíamos”, explicó.

“Hay gente que optó por no vacunarse, no se los puede obligar, pero hay lugares que piden certificado de vacunación para entrar”, dijo.

“Llegaron las vacunas a tiempo, en forma masiva, en Israel hay sistema de salud pública, no hay salud privada, recibimos la vacuna de forma gratuita, es fácil controlar, Israel es más chiquito que Tucumán, fue más fácil distribuirla”, explicó.

“Varias semanas estuvimos en casa, los alumnos estudiaban vía zoom, cerraron restaurantes, zonas de esparcimiento, pero tampoco fue muy estricto, el año nuevo judío se celebró, el turismo casi se paralizó, los que sufrieron mucho fueron los negocios chicos, la gente siguió consumiendo por portales, la gente que salió de licencia sin goce de sueldo, el Estado le brindó un seguro de desempleo, no faltó dinero, no cobraba lo mismo, pero no faltó el dinero”, especificó Gabriela.

Las clases

“Las escuelas fueron lo último que abrió, igualmente, los alumnos volvieron a clase en cápsulas”, explicó.

“La mayoría de las materias en escuelas de enseñanza media y secundaria hasta tercer año se realizaba por zoom”, sostuvo.

Consultada acerca de la pelea política que se desató en Argentina por la apertura o cierre de las escuelas, como docente, dijo que “es todo un tema, acá también se politizó, obviamente los chicos sufrirán las consecuencias porque no se aprende lo mismo estando en la escuela que estando en la casa”.

Por otro lado también mencionó que “hay casos en los que no hay computadoras para todos”.

Del mismo modo, hizo alusión a “una deserción encubierta” y a una “fatiga” de las y los alumnos.

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