El ministro de Trabajo de Santa Fe indicó que “lo ideal sería que las cosas no aumenten más que los sueldos”, en referencia al futuro de la cláusula gatillo. También fue tajante al definir que “el socialismo ha sido un dilapidador serial de recursos”.

“Cuando Jorge Obeid, en 2007, terminó su mandato dejó las arcas llenas de reservas, de fondos anticíclicos. Y (Hermes) Binner asumió con la posibilidad de llevar adelante una gestión con ese respaldo”. De esa forma, Roberto Sukerman, ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la provincia, se refirió a la situación hoy presente. “Asumimos el gobierno y nos encontramos con que no hay un mango en el Estado porque el socialismo ha sido un dilapidador serial de recursos. Se endeudó en dólares. Aumentó impuestos. Tuvo muchos recursos”, cuestionó el funcionario en diálogo con Ciudadanos (que se emite este domingo, a las 20, por Somos Santa Fe, Somos Rafaela y Somos Rosario).

Desde la visión del titular de Trabajo, la gestión anterior realizó “un derroche de recursos en una estrategia electoral (en 2019) y como perdieron la elección, a partir de junio desapareció el gobierno provincial en el pago a proveedores y a contratistas y dejó enormes deudas que tenemos que ahora afrontar”, analizó. Habida cuenta de ese panorama, Sukerman sostuvo que no es posible endeudarse para cumplir con el pago de sueldos. “Hay que tratar de ordenar las cuentas. Las medidas antipáticas son necesarias porque si no parecería que está todo bien”, justificó.

Consultado sobre las empresas que pueden cerrar, el ministro indicó que existen muchos procedimientos preventivos de crisis que se vencieron el 31 de diciembre y están en trámite de renovación. “Eran alrededor de 200 en Rosario (centro sur) y 150 en Santa Fe (centro norte). Vemos una expectativa. Hay medidas que tomó el gobierno nacional que buscan que haya una brecha, que se puedan aumentar los ingresos de los trabajadores, que no aumenten tanto las cosas y que esto haga que aumente el poder adquisitivo”, explicó.

En lo que respecta a su área de competencia, Sukerman manifestó preocupación por la economía informal: “Cuando se habla de seguridad social, hay una solidaridad intergeneracional. No hay plata para pagar hoy”. También precisó que el índice de desocupación promedia entre el 12 y el 14%. “Esos datos son más abultados porque el tema es cómo se mide, cuánta gente busca trabajo. En cuanto a la informalidad, es posible que no haya datos. En el último gobierno se fomentó el cuentapropismo, ser monotributista y no es lo que corresponde”, expuso. Y subrayó: “Como Ministerio tenemos la función de fiscalizar. Vamos a ejercer esa función, pero también sabemos que no podemos estar con un látigo. Tiene que ser conducente para que esa situación irregular se mejore, se pueda formalizar. Tenemos que hacer controles que terminen siendo propositivos” en procura de la formalización del trabajo.

Acerca del encuentro que Sukerman mantuvo con su par nacional, Claudio Moroni, el funcionario provincial aseguró que “estos primeros seis meses serán clave”. “Tenemos una batalla muy difícil que es el pago de la deuda externa. Este año, Argentina tiene que pagar alrededor de 30 mil millones de dólares, es impagable. Necesitamos que los acreedores externos entiendan que no podemos pagar con el hambre del pueblo y podamos tener una renegociación”, esgrimió y apuntó a los “acuerdos internos que se van a dar en la discusión paritaria”.

En tal sentido, anunció que la paritaria docente comenzaría el 20 de enero en el plano nacional. “Lo que hablamos con Moroni es que no tengamos paritaria todo el año. Lo ideal sería que podamos hacer acuerdos no a largo plazo –recalcó–, que se puedan segmentar con la idea de que el poder adquisitivo le gane a la inflación”.

En cuanto al piso de negociación con los gremios, el ministro insistió en buscar la forma para recuperar el salario “en los más bajos”. “Se están tomando medidas para los sectores más vulnerables de la sociedad –destacó–, como el pago a cuenta. Se va a tratar de elevar lo que está más bajo. Si tenemos una paritaria del 50%, no vamos a poder bajar la inflación”.

En función del proceso inflacionario y la propia paritaria que se avecina, Sukerman opinó que “la cláusula gatillo fue muy beneficiosa para los trabajadores estatales” y aclaró que el sector privado careció de esa posibilidad. “Es un concepto que desaparecería cuando se logre que las cosas no aumenten más que los sueldos. Si logramos que los sueldos aumenten por encima del aumento del costo de vida –explayó–, la cláusula gatillo ni se dispara”. En paralelo, a las empresas y a la ciudadanía “le cuesta pagar los impuestos y al Estado le cuesta recaudar; si el Estado no recauda le cuesta, también, pagar una cláusula gatillo”.

Por último, el titular de la cartera de Trabajo expresó su preocupación por la situación de la empresa Vicentín. “Son más de mil puestos de trabajo directos que son de Vicentín, pero también está el problema de todos los que trabajan cerca de Vicentín. Ojalá que esta actividad económica pueda seguir. Lo importante es que se resguarden los puestos de trabajo y la actividad económica”, definió contundente.

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