De esa forma se pronunció Evo Morales en alusión a Carlos Mesa y Fernando Camacho, quienes forzaron su salida del gobierno boliviano, intervención de las Fuerzas Armadas mediante.
Duros momentos vive por estas horas el pueblo boliviano tras el golpe de Estado que sufrió el legítimo gobierno de Evo Morales, durante la víspera. Ante las presiones de la oposición y de las Fuerzas Armadas, el exmandatario presentó su dimisión con el fin de evitar mayores instancias de violencia y se mantenga la estabilidad política. Sin embargo, se repitieron denuncias de amenazas, secuestros y persecuciones.
Los golpistas que asaltaron mi casa y la de mi hermana, incendiaron domicilios, amenazaron de muerte a ministros y sus hijos y vejaron a una alcaldesa, ahora mienten y tratan de culparnos del caos y la violencia que ellos han provocado. Bolivia y el mundo son testigos del golpe
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) November 11, 2019
Muy agradecido con la solidaridad del pueblo, herman@s de Bolivia y el mundo que se comunican con recomendaciones, sugerencias y expresiones de reconocimiento que nos dan aliento, fortaleza y energía. Me emocionaron hasta hacerme llorar. Nunca me abandonaron; nunca los abandonaré
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) November 11, 2019
Mesa y Camacho, discriminadores y conspiradores, pasarán a la historia como racistas y golpistas. Que asuman su responsabilidad de pacificar al país y garanticen la estabilidad política y convivencia pacífica de nuestro pueblo. El mundo y bolivianos patriotas repudian el golpe
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) November 11, 2019
Ya este lunes y mediante su cuenta de Twitter, Morales calificó a Carlos Mesa y Fernando Camacho como “discriminadores y conspiradores”. “Pasarán a la historia como racistas y golpistas”, sostuvo. También expresó que su vivienda y la de su hermana fueron asaltadas, así como que se registraron incendios en domicilios y fue “vejada” una alcaldesa”. Del mismo modo, quien gobernó el vecino país durante 13 años se mostró agradecido por la solidaridad que manifestó un sector de la población de su país, así como dirigentes del resto del mundo. Particularmente, figuras políticas de América latina. En tal sentido, en nuestro país no tardaron en llegar las críticas ante la negación de mencionar “golpe de Estado” por parte del Ejecutivo que conduce Mauricio Macri, mientras el presidente electo, Alberto Fernández, fue categórico al cuestionar lo sucedido en Bolivia ante el avance de las Fuerzas Armadas.
En Bolivia se ha consumado un golpe de Estado producto del accionar conjunto de civiles violentos, el personal policial autoacuartelado y la pasividad del ejército. Es un golpe perpetrado contra el presidente @evoespueblo, que había convocado a un nuevo proceso electoral.
— Alberto Fernández (@alferdez) November 10, 2019
Acabo de saber que houve um golpe de estado na Bolívia e que o companheiro @evoespueblo foi obrigado a renunciar. É lamentável que a América Latina tenha uma elite econômica que não saiba conviver com a democracia e com a inclusão social dos mais pobres.
— Lula (@LulaOficial) November 10, 2019
Habida cuenta que los funcionarios de Morales también presentaron sus dimisiones, en estos momentos la bicameral de la Asamblea Legislativa debiera resolver los pasos a seguir y quién será la persona que asuma el Ejecutivo. Con las renuncias del vicepresidente Álvaro García Linera, de la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, y del presidente de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, la Asamblea debiera convocar a elecciones un plazo de 90 días como, tal cual lo establece la Constitución.
Por su parte, los opositores Mesa y Camacho continúan brindando declaraciones que procuran responsabilizar a Morales por la inestabilidad reinante. En concreto, el candidato presidencial de Comunidad Ciudadana defendió el levantamiento popular y rechazó que se tratase de un golpe de Estado lo ocurrido. “No hubo un golpe de estado político y no hay elementos que permitan considerar que se produjo uno”, sostuvo. Y consignó: “Si siguieron los acontecimientos los últimos días saben que durante un mes el pueblo boliviano heroicamente ha dado una demostración de democracia”.
Mesa aludió de esa forma a la manifestación que provocó las acusaciones de fraude en las últimas elecciones, el cual fuera confirmado por la Organización de los Estados Americanos (OEA). Conocida esa determinación, Morales había convocado nuevamente a elecciones. No obstante, sectores conservadores junto a las Fuerzas Armadas forzaron el alejamiento de Morales, amedrentamientos de por medio.
Luis Fernando Camacho, por su lado, ingresó ayer al Palacio de Gobierno con una Biblia y una carta pidiendo la renuncia de Morales un rato antes que se concretara el anuncio de la mentada dimisión desde Cochabamba. El presidente del Comité pro Santa Cruz sostuvo el texto sagrado para la feligresía cristiana y católica durante la lucha que llegó a las calles durante las últimas semanas.
«No estoy yendo con las armas, voy con mi fe y mi esperanza; con una Biblia en la mano derecha y su carta de renuncia en mi mano izquierda», manifestó el abogado, de 40 años, quien suele llevar un rosario durante sus discursos en la región de Santa Cruz, donde los jesuitas llevaron una profunda evangelización desde la colonia española.
Con la biblia, el rosario y la carta de renuncia en la mano, nos encomendamos a Dios por una nueva y reestructurada Bolivia en democracia.#BoliviaNoHayGolpe #FraudeElectoralBolivia #BoliviaLibre #EvoDictadorFuera #MiradorBolivia #Bolivia pic.twitter.com/R4tiiK0gVC
— Luis Fernando Camacho (@LuisFerCamachoV) November 11, 2019
En contraposición, la ascendencia de Morales es aymara, uno de los pueblos originarios y, en efecto, ha sabido proclamar en actos públicos la existencia de deidades en la naturaleza como la Pachamama (Madre Tierra) o la Tata Inti (Padre Sol). El 60% de la población de Bolivia es indígena mientras el Estado Plurinacional es laico y, acorde a su Constitución, garantiza la libertad religiosa.