Así lo analizó el reconocido periodista y docente de historia de la UNL Rogelio Alaniz. Brindó su parecer y algunos detalles que el Billiken no cuenta habitualmente.

Mañana se cumple un aniversario más de la Revolución de Mayo de 1810. Como en todo hecho histórico, las visiones y perspectivas son bastante diversas. El programa televisivo Apto para Todo Público invitó al reconocido periodista Rogelio Alaniz a dar su visión especializada sobre la fecha patria.

“No es un debate fácil de saldar: ¿fue o no una revolución el 25 de Mayo? Yo creo que sí porque representó un cambio, tuvo la superestructura cultural e ideológica de una revolución, y constituye un momento importante de un proceso. En agosto de 1806 y febrero de 1087 hubo dos cabildos abiertos que bajaron una virrey, pusieron otro y organizaron milicias populares, si eso no es una revolución ¿qué es?”, dijo Alaniz.

“En las cartas de la época aparecen datos que hablan de que la gente cambió en Buenos Aires y que ahora se opina en los lugares públicos. Eso es la constitución de una opinión pública”, ilustró el docente de historia de la UNL.

“El 25 de Mayo es un hecho menor al lado de todo lo que vino después. En Francia y en Inglaterra había un poco de desconfianza con la revolución por las experiencias que se habían vivido”, esbozó el periodista.

“El primer operador fuerte fue Liniers, a quien después fusilan. El segundo fue Álzaga, que termina igual, no es la primera vez que la revolución se come a sus hijos. Luego el hombre con poder fue Saavedra, quien maneja las tropas”, narró.

Además, indicó que “toda la pedagogía de Moreno en La Gaceta es una bajada de línea de cómo construir una nueva Nación”.

“Después de 1809 las milicias españolas son disueltas, por lo cual el poder militar queda en manos de los criollos. En 1810, convocar al cabildo abierto el 22 de mayo, entrar al fuerte sin pedir audiencia, fue una pulseada, pero transcurrida una semana, la revolución tenía tres o cuatro frentes de guerra abiertos”, recordó Alaníz.

Finalmente, afirmó que “en 1816 se hace el proceso más atrevido de la revolución que es declarar la independencia, y que lo hace la derecha. Entonces llegado el momento se dice “es hora de que el poder económico se sincere con el poder político y que gobierne un poder político que esté en sintonía con el poder económico, eso recién se consiguió en 1829 con Juan Manuel de Rosas, y que encarna el orden de las clases propietarias más fuertes con poder militar y popular, trajo un modo de producción nuevo para época: los saladeros y la exportación”.

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