Lo planteó Alejandro Taborda, de la Fisfe, a la hora de definir la crítica situación que atraviesa la industria. “Tenemos las plantas paradas, no hay actividad”, remarcó.

Alejandro Taborda, vicepresidente de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), fue categórico a la hora de definir el cuadro de situación que atraviesa el sector a instancias de la crisis económica. “Estamos jodidos”, sostuvo este jueves en diálogo con Rueda de Prensa.

“No hay que ser un gran economista para darse cuenta que al ritmo que veníamos, con las medidas que se tomaban, con el enfoque que hizo este gobierno sobre el sector financiero, el sector productivo era el pato de la boda”, esgrimió el dirigente con acentuada preocupación.

En ese orden, recordó que hacia fines de 2015 se advertía una escasez de divisas, “por no tener crédito internacional”, había inflación y “teníamos un problema de competitividad, una mezcla de una muy alta presión tributaria con un amesetamiento del consumo”. A eso añadió la pérdida de las exportaciones industriales “por falta de competitividad del país”.

“De 2015 hasta ahora no solo hay más inflación y más devaluación, sino también más recesión, problemas de consumo, lo cual agravó lo que veníamos sufriendo”, precisó Taborda.

Con relación a los recientes dichos del presidente Mauricio Macri, el representante de los industriales consideró que “las exportaciones que salvan son las que tienen valor agregado”.

Consultado sobre la reacción de la Unión Industrial Argentina frente al panorama actual, el dirigente indicó que “hay compromisos que hacen decir ‘vamos por el optimismo’, ‘vamos a darle un tiempo’. De cualquier forma, cuando se ven medidas y que va a estrellar el barco hay que avisarlo”. Y planteó: “Ya no se puede tapar que hay desempleo, hay cierre de fábricas. Hay estadísticas negativas de crecimiento industrial. Tenemos las plantas paradas, no hay actividad”, subrayó.

A su vez, Taborda aludió a los insumos dolarizados que sumados a los costos de servicios y los costos financieros provocan que, al traslado de precios, “no se le vende nada a nadie” y, claro está, baja la rentabilidad. “Hoy se está vendiendo lo suficiente para pagar las cuentas, sin rentabilidad”, sintetizó.

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