Hoy se conmemora el Día Mundial del Riñón. Las personas con diabetes e hipertensión arterial son las más propensas a padecer insuficiencia renal.

El riñón es un órgano que cumple varias funciones vitales en el sistema circulatorio y su deterioro es inicialmente silencioso ya que solo produce síntomas en etapas avanzadas cuando las posibilidades de tratamiento son menores. Las personas que tienen diabetes e hipertensión arterial son las más propensas a padecer insuficiencia renal y factores como la obesidad, el tabaquismo y el sedentarismo contribuyen a que aparezca y progrese.

La enfermedad renal crónica se asocia con la multiplicación del riesgo de padecer un evento cardiovascular (infarto, accidente cerebrovascular). En tanto, se estima que una de cada 10 personas adultas padece enfermedad renal crónica (ERC), la mayoría, sin tenerlo diagnosticado y esta cifra que se mantiene más o menos estable en todo el mundo puede ser disminuida mediante estrategias para la prevención y el diagnóstico temprano.

Por esta razón, se declaró a nivel mundial al segundo jueves de marzo como Día Mundial del Riñón con el objetivo prioritario de concientizar a toda la sociedad sobre este importante tema de salud pública, bajo el lema «Salud renal para todos» en una campaña global llevada adelante por la Sociedad Internacional de Nefrología (ISN) y la Asociación Mundial del Riñón (WKA).

«Además de hacer conocer los factores que hacen a la progresión de esta enfermedad, que es tan frecuente y tan sencilla de prevenir como difícil de tratar una vez que avanza, queremos alentar a toda la población a que adopte una dieta, actividad física y estilos de vida más saludables para mantener una buena salud renal, y concientizar para que se hagan chequeos de salud periódicos», sostuvo el Dr. Marcelo Puddu, médico nefrólogo.

La ERC o insuficiencia renal crónica es la pérdida lenta y progresiva de la capacidad que tienen los riñones para cumplir con todas sus funciones vitales. La misma aparece lentamente y en la mayoría de los casos no da síntomas clínicos, lo que suele hacer que el deterioro progrese sin que se advierta a menos que se realicen las pruebas necesarias.

Por ello, es fundamental un temprano diagnóstico y tratamiento, para lo cual es importante que el paciente realice consultas periódicas y se efectúe un análisis de sangre para conocer los valores de creatinina y glucemia, un análisis de orina para identificar la pérdida de proteínas (proteinuria) y la toma de la presión arterial, ya que, de esta manera el médico puede conocer el estado de la función renal y detectar la ERC.

Tras conocerse el diagnóstico se podrán implementar las medidas necesarias para prevenir su desarrollo, prescribir el tratamiento adecuado para preservar la salud renal en las poblaciones de riesgo y detectar su presencia para evitar o retrasar el avance hacia estados más severos.

FuenteRDP / NA
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