Rosario, 23 de Setiembre de 2018 El padre Juan Pablo Núñez viene denunciando las situaciones de violencia que padecen los vecinos de barrio Larrea. Hace tres años y medio lo hizo a través de los medios y no pasó nada. Hace unas 4 semanas decidió llevar su reclamo a las autoridades del Ministerio de Seguridad y la respuesta no tardó en llegar. La semana pasada recibió dos amenazas mientras caminaba por la calle. Y este domingo a la madrugada balearon la parroquia María Reina que él preside, ubicada en México 1055 bis y el colegio parroquial Paulo VI que está enfrente. Fueron más de una decena de disparos, 7 contra la parroquia y el resto contra el jardín y el frente de la escuela. Un apriete con sello narco del que ahora es víctima un sacerdote.- Foto: JUAN JOSE GARCIA

Fueron siete los disparos que dieron contra la puerta de chapa del Colegio Paulo VI, y al menos ocho, los que destrozaron el frente vidriado de la parroquia María Reina de Rosario. Días atrás, el cura Juan Pablo Núñez había recibido una intimidación por sus denuncias contra el narcotráfico en la zona: “Agarrá plata, callate la boca o te quemamos”, le dijeron dos jóvenes de unos 18 años.

Los barrios de Rosario son golpeados por el narcotráfico. Esta vez le tocó a la religión por denunciar a narcos. Se trata de la parroquia «María Reina», ubicada en México al 1000 bis, al frente está el Colegio Paulo VI.

Según los testimonios, cerca de las 3.23 del domingo una moto llegó hasta México al 1000 bis. «Se escucharon primero unos seis o siete tiros y después otros más», contó un vecino. Siete tiros fueron directos contra la puerta de chapa del colegio, y unos ocho más perforaron el frente vidriado de la capilla y llegaron al altar.

El ataque es consecuencia de la denuncia que realizó el párroco, Juan Pablo Nuñez quien en varias oportunidades denunció casos de narcotráfico. La acción no fue bien recibida y las bandas quisieron callarlo.

Cabe destacar que el martes pasado el cura había recibido una intimidación por sus denuncias: «Agarrá plata, callate la boca o te quemamos», le dijeron dos jóvenes de unos 18 años.

En cuanto a la palabra oficial, el ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro se solidarizó con la comunidad religiosa y volvió a insistir en la necesidad de adhesión a la Ley de Narcomenudeo para terminar con este tipo de hechos.

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