Dos personas residentes en la capital entrerriana quedaron detenidas este lunes luego de un atraco millonario en Esperanza. La víctima es un narco conocido en la ciudad. Controversias por la suma de dinero robada. Tres ladrones siguen prófugos.
Algo sospechó Vanesa A. cuando este lunes a las 10 de la mañana tres hombres ingresaron en la despensa que está en su domicilio de Moreno 4895 y pidieron por yogurt o leche. Uno de ellos no tardó en sacar un arma y amenazarla a ella y a su amiga que estaba en el lugar y llevarlas a una pieza al interior de la casa. Sabían que en un armario de la casa había un maletín con candado. Antes de encerrarlas a las mujeres en el baño Vanesa vio cómo ponían el dinero en una bolsa azul. La mujer logró describirlos. Uno era morocho, flaquito, de pelo parado, narigón. Se puso un pasamontañas apenas comenzó la amenaza. Otro era petiso, morrudo, tez blanca, de jeans y remera y el tercero solo advirtió que era medio gordito. Afuera del lugar, de acuerdo a lo que vieron los vecinos, esperaban dos como campana.
Según la dueña del lugar se llevaron 19 mil dólares y nueve millones de pesos. También con una cuchilla cortaron el disco duro y el equipo de wifi que abastece a la casa y a las cámaras de seguridad. Es decir, se llevaron todo lo que allí quedó registrado. Vanesa le dijo a la policía que sabe quién puede ser el que está detrás del hecho. Es un conocido de ella y su pareja. Un hombre que en enero quedó apenas unas horas detenido por violencia de género, que suele pasear por la ciudad con un Audi y es amigo del protagonista principal de esta historia: Sebastián Andrés Bramuel, alias “Pepe”.
“Pepe”, a su vez, fue investigado en su momento por la Sección Inteligencia de Drogas de la policía santafesina bajo las órdenes del fiscal federal Gustavo Onel. En realidad, su causa fue un desprendimiento de otra, que tenía como imputados a integrantes del “Clan Álvarez”, que operaba en la zona. El 30 de octubre del 2020, Brumuel fue allanado en su casa –donde ocurrió el robo– con 25 gramos de cocaína en su poder, fraccionados en 15 envoltorios. Tenía además casi cinco mil pesos y una balanza de precisión. El 30 de noviembre de ese año se los procesó por tenencia para la comercialización pero se lo mantuvo en libertad. El 14 de febrero de este año Onel elevó la causa a juicio, a lo que se opuso el abogado del imputado, Enrique Muller, por considerar que no había prueba para vincular la droga secuestrada en la casa de Brumuel, dentro de un placard interno de la vivienda. El 10 de marzo pasado el juez Reinaldo Rodríguez denegó el pedido de Muller y elevó la causa a juicio.
Tras el robo en la vivienda relatado al inicio, se dio aviso al servicio del 911 e inmediatamente la policía esperancina puso en marcha un operativo cerrojo y en la intersección de las rutas 70 y 5 comenzó una persecución de un Fiat Palio dominio LKP 062 que culminó en el Barrio La Tablado en el norte de la ciudad, sobre avenida de Circunvalación. Dos fueron detenidos y otros tres escaparon. Dentro del auto había un revólver calibre 38, una pistola calibre 380 y otra pistola calibre 22. También había en el coche 2 kilos y 138 gramos de cocaína y dinero en distintas bolsas. En una negra había $ 1.980.000 y en otra de color azul $ 2.657. 400, lo que hace un total de $ 4.637.400, muy lejos de los casi 14 millones de pesos (entre pesos y dólares) que denuncio la pareja del narco. Lo Fiscales deberán establecer si fue robado ese dinero, si lo que falta se lo llevaron los tres fugados o fue sustraído por personal policial. Por el robo intervendrá el fiscal de Esperanza Alejandro Benítez, por los dos kilos de drogas hallados en el Palio, su par federal Gustavo Onel.
Los detenidos fueron identificados como Andrés Gustavo Fernández, de 58 años, y Eduardo Daniel Tarsia, de 67 años, ambos domiciliados en Paraná. El primero tiene antecedentes penales y el segundo es oriundo de Buenos Aires pero hace mucho que se radicó en la capital entrerriana. Los pesquisas santafesinos creen que Brumuel debía dinero a sus proveedores entrerrianos y éstos fueron a cobrarse la deuda a punta de pistola. Los investigadores de la policía de Paraná vinculan familiarmente a los detenidos con el conocido ladrón “Cepillo” Garcilazo, quien fuera en su momento una persona de confianza de Daniel “Tavi” Celis, quien llegó a manejar grandes volúmenes de droga en la región y que fuera condenado por la justicia federal junto a un grupo de personas en la causa conocida como “Narcomunicipio”, en la que también fuera sentenciado el exintendente de Paraná Sergio Varisco, ya fallecido.
La Sección de Inteligencia Antinarcóticos de la policía santafesina comenzó a investigar a Brumuel luego de obtener un dato que daba cuenta de su actividad ilícita, amparada presumiblemente por personal policial de la zona. “Pepe” fue investigado primariamente como miembro de la banda de “don Gregorio”, de apellido Álvarez, que fue condenado en diciembre el año pasado por la justicia federal junto a sus compinches, Roberto Figueredo, Daniel Álvarez, Guillermo Álvarez y Maximiliano Argüello. Guillermo y Daniel Álvarez fueron condenados a siete años de prisión, pero Gregorio a tres. Figueredo a un año y seis meses.
Mientras se sustanciaba la investigación sobre el clan de los Álvarez, el fiscal Onel pudo detectar que una carga fuerte de marihuana iba a ingresar a la provincia por Gato Colorado. Puso en alerta a Gendarmería y en diciembre del 2020 detuvo al camión con 50 kilos de marihuana, detuvo a su conductor y a un ciudadano misionero establecido en Paraná. Onel recibió el dato sobre el camión de origen paraguayo y un celular que se presumía era del camionero al que sólo de conocía como “El Colo”, quien resultara ser Diego Oscar Fontana. Rápidamente se verificó que El Colo había cruzado con tres camiones distintos y en un año 20 veces la frontera (en plena pandemia) a través del paso San Ignacio de Loyola. Con el teléfono intervenido (que además tenía la foto del investigado en el perfil de WhastApp) finalmente se diseñó un operativo en la última localidad del norte de la provincia en el departamento 9 de julio y el 18 de diciembre se detuvo a Fontana con 48 kilos de la droga escondidos en el chasis del camión. En otra causa que derivó de la principal se pudo establecer un raid delictivo que daba cuenta del tráfico de marihuana por encomiendas desde Misiones a Paraná. Para ello fue importante el rol de los gendarmes del puesto Colastiné sobre la ruta nacional 168, ubicado casi en la mitad del recorrido que une a las capitales de Santa Fe y Entre Ríos.
El 23 de abril del año pasado, en un control de cargas, los gendarmes detectaron que había cuatro encomiendas que no estaban registradas en los remitos de un transportista. El remitente era una mujer misionera llamada Dora Escobar y el destinatario Rogelio Rodríguez. Se informó entonces a la Fiscalía y se hizo un seguimiento de la carga hasta que llegó a la capital entrerriana. A la base de operaciones de la empresa llegó Rodríguez quien dijo ser de Misiones y hospedarse en el Hotel Arenas, en calle Liniers al 300. Llegó en un taxi y cuando ponía los bultos en el baúl del coche fue detenido. Luego sería imputado por transporte agravado.