Así evocó Ana Castro Demiryi lo que vivió el 29 de abril de 2003 en barrio Roma, cerca del hospital de Niños. “Era una imagen de desamparo, de soledad, de desesperación, de pérdida”, describió.
Ana Castro Demiryi es una de las tantas damnificadas por la fatídica inundación de 2003. Hoy, cuando se cumplen 19 años del desborde del Salado, repasó que en lo personal y lo familiar las imágenes de aquellos días. “A partir del aniversario, cada año, nos parece que fue ayer”, sostuvo en contacto con ATP.
“Hacía unos días que venía con el termómetro de lo que estaba pasando. A nivel ciudad, no tenía más noticias de las que tenía todo el mundo. Trabajaba en ese momento en una escuela de Acería. Ya habíamos dejado de ir a la escuela porque el agua de lluvia ya estaba inundando el barrio, en el norte”, relató. Puntualmente, el día 29 “estaba en San José del Rincón, encendí el noticiero y vi la famosa imagen de (Carlos Alberto) Reutemann queriendo ingresar al hospital de Niños”. “La casa familiar se encuentra a la vuelta, en barrio Roma”, añadió.
De inmediato, Ana regresó a nuestra ciudad. “Llegué a mi casa y no había nadie. Fue terrible porque no sabía dónde estaba, qué les había pasado. Somos siete hermanos, de los cuales cinco estaban en esa casa. Entré, había unas bolsas de arena en la puerta. Tomé el teléfono fijo y en ese momento ya no había línea. Era el 29 a las cuatro de la tarde”, narró. En tanto, evocó “que había un caudal de gente que salía como hormigas por Primera Junta y Mendoza hacia avenida Freyre”. “Empecé a escuchar golpes muy fuertes. Era el vecino que me decía que fuera y cuando me di cuenta tenía el agua en la cintura. Cuando salí a Primera Junta al 4000, miré hacia el oeste y vi algo que se venía, no me di cuenta que eso era agua”. “Me fui a dos cuadras y era un caos total”, definió.
Lo único que Ana pudo rescatar de la casa familiar, ya inundada, fue el álbum de fotos de su infancia. “Nací durante la dictadura y las pocos fotos que pude tener de mi historia estaban ahí”, remarcó. “Era una imagen de desamparo, de soledad, de desesperación, de pérdida. Así transcurrieron 10 días”, evocó.