Imagen: Ser Social

Cuatro personas quedaron detenidas esta semana. Se conocieron audios entre los involucrados en el hecho que involucra sicarios en Rosario.

Los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra llevaron este martes la acusación contra cuatro personas, sindicadas como asociadas con una idea común: matar a un comerciante, exsocio de un empresario del sur santafesino, que resultó ser el que encargó “el trabajo” a un preso, que al mismo tiempo dispuso de un sicario para liquidar al joven rosarino.

Lucas Farrugia, dueño de Nutrilab, una empresa dedicada al rubro suplementos dietarios, ordenó matar a su exgerente, Maurio Liaud, quien en 2019 abandonó la firma para emprender su propio negocio, ubicado en Avenida del Rosario al 2700, donde el 27 de abril pasado quisieron asesinarlo, como una previa de lo que se venía.

Sin embargo, ese día el sicario disparó pero no mató a Liaud, pero la experiencia dejó en claro una bronca muy grande. El baleado no dudó en pensar en Farrugia, que lo venía amenazando desde hace tiempo, al punto que le había dicho: “No podés dejar, sabes mucho de mí y de mis actividades”. La fecha límite para matarlo era el 10 de mayo pero el “punto” estaba esquivo. De acuerdo a las escuchas telefónicas que registró la Policía Federal en otra causa, está claro cómo los actores criminales pensaron entonces en planes b: quemarle el negocio hasta matar a su hermano, “para matarlo en el velorio y asegurarlo”.

El enlace entre el sicario y Farrugia fueron dos hombres identificados con claridad. Por un lado, Fabio Giménez, detenido en la cárcel de Rosario, que era el reclutador, el contacto con los sicarios. Afuera, Germán Roberto Ponce, un empleado de la empresa Catering Gourmet, que llevaba las viandas al Hospital Provincial de Rosario, era el nexo en el mundo lumpen.

Para los fiscales, Farruggia había pagado 100 mil pesos para el trabajo e iba a cancelarlo con otros 400 mil para completa el medio millón. Uriel Reynoso, el gatillero, fue el cuarto imputado. El muchacho fue detenido con anterioridad, cuando el 21 de abril se presentó en la empresa de la víctima, preguntó por él y cuando por fin lo recibió tras las rejas del predio, sacó una 9mm y disparó tres veces. No dio en el blanco de milagro. Al huir fue detenido por la policía. “Como dijo el juez en la resolución, si no fuera que lo estamos escuchando, no parecería real. A tal punto el nivel de desparpajo y de desprecio por la vida que se evidencian en estas comunicaciones”, señaló el fiscal Schiappa Pietra.

Farruggia tenía el contacto con Ponce, al punto que le adelantó plata para la defensa de Reynoso, que ya estaba detenido desde el primer evento. Ponce recibía los mensajes del empresario y reenviaba a Giménez, que al mismo tiempo apuraba a sus sicarios.

En la audiencia quedaron en claro los seguimientos al comerciante y a su hermano, en plena tarea de planificación del violento hecho. Schiappa Pietra referenció que “es bueno recordar –sostuvo– que esto comenzó con una intervención telefónica realizada por la Fiscalía Federal, quienes nos manifiestan que tenían en una escucha a quien podría haber cometido el homicidio de Fino Ocampo”, un exsoldado del capo narco Esteban Alvarado.

Rosario: Cómo funcionaba la empresa de sicarios

FuenteRDP / Zona Crítica
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