Así describen los militantes sociales la realidad de los barrios y el campo pobre. Hoy pidieron (nuevamente) en la puerta de la Legislatura la declaración de la emergencia social y alimentaria. ¿Por qué están ligados el narcotráfico, la falta de infraestructura y la educación pública?

La situación en los barrios santafesinos y el campo pobre es desoladora y desesperante. Las organizaciones sociales de Santa Fe y la provincia volvieron a pedir a gritos la declaración de la emergencia alimentaria.

En esta ocasión estuvieron acompañadas por dos diputadas y un diputado provinciales: Mercedes Meier y Carlos Del Frade, del Frente Social y Popular, y Patricia Chialvo del PJ. Vale remarcar que en la Cámara baja santafesina hay 50 bancas y en el Senado 19.

EL objetivo de la movida fue visibilizar en particular la pésima situación que se ve en los comedores comunitarios y copas de leche en los diferentes barrios populares, producto de la políticas del Gobierno nacional. También reflejar el panorama que ofrece el campo pobre, que sufre el encarecimiento de la vida.

Luego del acto en la Legislatura, Mónica Dorado y Marta López (ambas de la Corriente Clasista y Combativa) y Federico Di Pasquale (del Movimiento de Trabajadores por la Tierra) brindaron algunos detalles del pedido y de “geografía social” que ofrecen hoy sectores de la ciudad.

Mónica Dorado recordó que “la emergencia municipal fue conseguida por la lucha de todas las organizaciones sociales con otras agrupaciones y fue dada por dos años”. Sin embargo, Di Pasqualle dijo que “nunca se concretó la mesa de diálogo”.

En este sentido es necesario recordar que la emergencia alimentaria municipal fue aprobada por unanimidad en el Concejo Municipal.

Pero volviendo al pedido de declaración de emergencia provincial, Dorado dijo que “nunca hubo una respuesta ni como para abrir una mesa de diálogo”.

Por su parte, Marta López contó en el programa televisivo Apto para Todo Público que “hay gente que aparece todos los días en los comedores que no esperabas, nos manejamos con donaciones, pero esos también están complicados, y en general los que más ayudan son los que menos tienen”.

Para darle aún más profundidad al análisis y la descripción, y dejar en claro las inequidades contó que en los barrios pobres “no llegamos a tener luces led, falta iluminación, más que nada se necesita por la inseguridad, también creció mucho el narcotráfico, vas a otros barrios y se ve la diferencia entre unos y otros, entonces ¿si hay para ellos, porqué no para nosotros?”.

A su turno, Di Pasquale indicó que “las medidas del gobierno de Mauricio Macri golpean a los barrios populares y al campo pobre por igual”.

El militante indicó que “somos un sector que no tiene tierra propia, y las multinacionales han hecho creer que hay un solo paquete tecnológico que hay que comprar, y la vida se puso carísima, la nafta para el tractor, la electricidad también, fueron golpes fuertes”.

“Nos vemos superados por esta inflación de 60%, seguimos peleando porque es la única forma de hacerle ver al gobierno que la respuesta que nos dieron no nos alcanza y queremos que se declare la emergencia provincial”, expresó Dorado.

“Nosotros sostenemos 15 comedores en Villa del Parque, Santa Rosa, Ranita, Loyola, Centenario, Colastiné, Santo Tomé, Cabaña Leiva, 29 de Abril, El Sabalito, Pompeya, Guadalupe, Santa Rosa, Coronel Dorrego, San Pantaleón”, enumeró como si fuera una clase de geografía urbana de barrios vulnerables.

Para dejar en claro que en esta situación desoladora también creció el narcotráfico, Dorado dijo: “En una cuadra hay de uno a dos kioscos de drogas, el aumento se ve, en la murga que tenemos lo vemos, es feo darse cuenta cómo crece el consumo, los pibes son excluidos, no tienen futuro, es más fácil acceder a un porro que a un litro de leche”.

Marta López indicó que “el tema de la seguridad, la alimentación, la educación pública tienen que ver entre si, necesitamos ya la emergencia, pero priorizan otras cosas”.

Por último, Federico Di Pasqualle recordó que hace muchos años, la zona de Aristóbulo de Valle era conocida por la siembra de tomates. Pero, “hace años que no hay tomate, hay verdura de hoja que es lo que permite que la cosecha sea rápido, se cobre para poder pagar los alquileres, pero los políticos están mirando para cualquier lado”.

“No hay interés de que el campesinado sea una clase social”

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