El expresidente de la Nación falleció durante la madrugada de este martes a los 81 años. Fue quien llevó adelante el gobierno de la Alianza que finalizó con el estado de sitio, su renuncia, la represión y la hecatombe económica, política y social en diciembre de 2001.

A los 81 años y producto de una descompensación cardíaca y renal, en la madrugada de hoy falleció el expresidente de la Nación Fernando de la Rúa. Radical, nacido en Córdoba, fue el primer jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (tras la reforma de la Constitución de 1994) y llegó a la Casa Rosada en 1999, cuando los 10 años de menemismo finalizaron.

Si bien su mandato debía extenderse hasta 2003, la renuncia de Carlos Chacho Álvarez a la Vicepresidencia aceleró la crisis interna del gobierno de la Alianza por el Trabajo, la Justicia y la Educación, formada por la UCR y el Frepaso como principales fuerzas. En un clima económico crítico ante una convertibilidad que igualaba el peso al dólar, la cual venía ya de la gestión anterior, y el estallido social, De la Rúa anunció su dimisión el 20 de diciembre de 2001, un día después de declarar el estado de sitio. La imagen de su partida de la Casa de Gobierno en helicóptero se convirtió en uno de los símbolos más significativos y duros para la historia democrática de nuestro país.

En ese contexto, la ciudadanía ocupó las calles con fuertes protestas, desde los cacerolazos, los primeros atisbos del “que se vayan todos” y las manifestaciones populares que terminaron con la represión, la violencia y 39 personas muertas.

De esa forma, aquel fin de año de 2001 se sucedieron las Presidencias provisionales de Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saá, Eduardo Camaño y Eduardo Duhalde. Finalmente, tras el proceso electoral anticipado, Néstor Kirchner asumió el mayo de 2003.

En las elecciones de octubre de 1999, la fórmula De la Rúa – Álvarez obtuvo el 48,5% de los votos y se impuso ante Duhalde y Ramón Ortega, que tuvieron el 38,09%. En tercer lugar había quedado Domingo Cavallo con el 10,09%. Fue justamente el exministro de Economía del menemismo, el mentor de la convertibilidad, quien tomó nuevamente la propia cartera en la debacle del gobierno de la Alianza.

De la Rúa aplicó una política de ajuste en el Estado, subiendo a su vez los impuestos a las clases medias y altas. Con el control del gasto público también se dispuso el recorte de sueldos de entre el 8% y 20% a los empleados públicos, fuerzas de seguridad y empleados judiciales. Por entonces, se registraron despidos masivos y recortes de presupuesto en varias áreas. Una de ellas fue educación, lo que motivó el reclamo conjunto de toda la comunidad universitaria, entre otros gremios y sectores sociales.

En 2000, el gobierno negoció con el Fondo Monetario Internacional (FMI) el conocido blindaje. El octubre de ese año, se había producido la renuncia del vicepresidente Álvarez. Ya en 2001, se disparó el riesgo país y se agravó la crisis económica. En ese marco, la figura de Cavallo volvió a la escena anunciando el recorte de jubilaciones y de los salarios de estatales, en tanto se emitió una deuda de tres mil millones.

Habida cuenta que la ciudadanía comenzó a retirar sus ahorros de los bancos, Cavallo impuso el tristemente célebre corralito que solo permitía retirar 250 pesos en efectivo por semana y se prohibía enviar dinero al exterior. El FMI, por su parte, no envió los 1260 millones de dólares que debía prestar en el marco del blindaje ya que nuestro país no había alcanzado el déficit cero como había pactado Cavallo. El país entró en cesación de pagos y el derrumbe del gobierno ya fue inevitable.

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