La santafesina recibió amenazas de muerte ante el reclamo por la profesionalización del fútbol femenino. Semanas atrás había demandado a la UAI Urquiza y a la AFA para que la reconocieran como “trabajadora”.

“Hace 20 años que juego al fútbol. Siempre viví exclusión y discriminación. Desde que inicié la denuncia de público conocimiento no paro de recibir mensajes con insultos y agravios, pero todo tiene un límite. Hoy me llegó este mensaje”. De esa forma, Macarena Sánchez dio a conocer a través de su cuenta de Twitter una amenaza que le advierte que “hay muchas personas enojadas por tus denuncias. Hay bastante dinero por tu cabeza. Vas a morir muy pronto”.

Sánchez es una santafesina de 27 años que enfrenta una férrea lucha para alcanzar la profesionalización del fútbol femenino y ser considerada, junto a sus pares, como trabajadora. Su nombre se hizo más notorio cuando el pasado 5 de enero fue desafectada del Club Deportivo UAI Urquiza, con lo cual no solo la joven no podrá insertarse en otra institución hasta que comience el próximo Torneo de Primera División A a mediados de año, sino que tampoco podrá ser indemnizada habida cuenta que la AFA no ha profesionalizado el fútbol femenino pese al reglamento elaborado por la FIFA al respecto. En concreto, su contrato laboral comprende actividades “administrativas” para el club.

La reacción de Sánchez ante dicha medida fue exigir en términos legales la regularización laboral y ser considerada futbolista profesional. Tras la amenaza denunciada públicamente, la deportista sostuvo que desconoce la identidad del autor de tal mensaje y que el hecho en sí amerita una respuesta que ya evalúa con el grupo de abogados y abogadas que la representan.

Días atrás y en declaraciones al diario Clarín, la delantera argumentó: “Vivo el fútbol de la mano con el feminismo. Creo que el feminismo nos ha empujado a las mujeres, también en el fútbol, a ser conscientes del poder que tenemos, a no callarnos todas estas cuestiones. A mí en particular me ayudó muchísimo a tomar la decisión de iniciar la demanda”.

Y añadió: “Es una deconstrucción día a día. No estoy completamente deconstruida yo tampoco. El patriarcado me atravesó desde siempre porque encima estoy metida en el fútbol desde los 5 años. Siempre con varones; poniéndome el chip de que no podía, de que no iba a llegar, de que el fútbol es para hombres. Toda mi vida fui feminista pero no me di cuenta hasta que no le puse un nombre. Siempre luché contras las injusticias contras las mujeres y siempre pedí por los derechos, por eso cuando surgió el movimiento me di cuenta de que siempre fui feminista”, definió.

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