Lo expresó el economista Matías Battista en virtud de la fuga de capitales. También se refirió “al fracaso” de las políticas aplicadas por Cambiemos, a la necesidad de la intervención del Estado y al proceso de endeudamiento. Y aconsejó a los asalariados “adelantar compras, sobre todo alimentos”.
A la luz de la salida de Luis Caputo del Banco Central y las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional que tuvo al propio presidente Mauricio Macri a la cabeza, el economista santafesino Matías Battista hizo hincapié en que el funcionario saliente “era el hombre más allegado a los mercados que tenía el gobierno” y por esa razón fue bien ponderado meses atrás.
“Caputo asumió el 14 de junio de este año porque su antecesor, Federico Sturzenegger, había sufrido una corrida cambiaria. El dólar se había ido de 20 a 28,50 pesos y se habían perdido 10 mil millones de dólares de reservas en un mes y medio”, evocó el especialista en diálogo con Ciudadanos. Y recordó: “Caputo asumió con un dólar a 28,50. Entregó su mandato con un dólar a 40 y una devaluación del 40%. Esto indica incertidumbre”, subrayó.
Desde la visión de Battista, estos cambios devienen “en falta de confianza en el modelo económico. Indican que el modelo económico de Cambiemos está agotado, es un modelo que fracasó –recalcó–. El gobierno tiene que entender que el modelo que propició el 10 de diciembre (de 2015) fracasó y que tiene que cambiar el rumbo económico”, precisó.
En ese orden, consideró las políticas económicas impulsadas por la gestión de Mauricio Macri “están pensadas para 20 multinacionales, el campo y el sector financiero”. “Es un modelo que implementó libre flotabilidad del dólar que fracasó y se basó sobre la licuación de los salarios delos trabajadores”, detalló. En otros términos, el esquema descripto “se sostuvo con deuda externa, un endeudamiento de 148 mil millones de dólares”.
A propósito, el economista ilustró que “el FMI es que nos remató la casa en 2001”. De ese modo, a la hora de explicar por qué se producen las corridas cambiarias en nuestro país, Battista puso el acento en el rol de los banqueros que resulta “clave”. “No han hecho tanto dinero como en la gestión de Cambiemos. Una de las premisas del modelo de Cambiemos es permitir el ingreso y egreso de los capitales golondrinas para la inversión especulativa en Argentina”, explicó. De esa forma, “entran con un dólar de 42, baja a 38 y en ese mismo momento la bolsa sube de 25 a 35. Venden las acciones, vuelven a comprar dólares y se llevan un 30, 40% de ganancias”, graficó.
Frente a ese panorama, el economista apuntó a la capacidad del Estado para “intervenir”. “Por qué no ponemos otra vez el control de capitales para que los que ingresen tengan la obligatoriedad de permanecer 12 meses en Argentina y desarrollen una industria”, planteó.
Ya en referencia a la situación de los trabajadores y el golpe que sufren en sus bolsillos, el economista apuntó a que la inflación ronda el 45% mientras los salarios cerraron entre un 20 y un 25% en general. “El nivel de incertidumbre que vivimos todos es el nivel de incertidumbre que vive el trabajador, no solo cuando va a comprar en la góndola, sino también acerca de la continuidad de su trabajo”, señaló mientras aconsejó, habida cuenta del ajuste y el incremento de precios, “adelantar compras”. “Sobre todo, alimentos que es el rubro que más está aumentando. Buscar precios”, sugirió. Con relación a las tarjetas de crédito, Battista señaló que lo conveniente aprovechar los descuentos ofrecidos en determinados días. Así, puede resultar apropiado “endeudarse en tarjeta de crédito en aquello en lo que uno puede cumplir sin plazos de interés”, recomendó, a lo que sumó “no endeudarse en créditos UVA”.
Por último, el especialista fue consultado sobre la fuga de más de 50 mil millones de dólares en el transcurso de la actual gestión macrista. “El gobierno de Macri es preso de su propio modelo. Les ofreció a los lobos solitarios, que vienen a hacer inversiones especulativas a Argentina, una tasa de interés muy alta. Cuando esa tasa empezó a bajar y cuando esos inversores empezaron a ver que Argentina no tenía capacidad de pago, empezaron a irse de a poco”, fundamentó.