A seis años de la sanción de la ley 26.743 en Santa Fe, un total de 800 personas trans lograron el reconocimiento de su identidad autopercibida. Mientras que a nivel país el número asciende a un total de 8.000.
La ley que se sancionó el 9 de mayo de 2012, fruto de la lucha de las organizaciones y colectivos sociales, garantiza el acceso al cambio registral de reconocimiento de identidad autopercibida para mujeres y hombres trans en todo el país, al tiempo que mandata a los Estados y el sector privado a garantizar la atención integral de la salud de este colectivo.
«Es una ley muy esperada por el colectivo trans que hasta no hace tanto ni siquiera tenía garantizado el hecho a ser, a la identidad», sostiene Esteban Paulón,subsecretario provincial de Políticas de Diversidad Sexual.
A pesar del gran avance que esta norma significó para el colectivo, Paulón sostiene que aún hay muchas materias pendientes. «Ninguna ley brinda una igualdad automáticamente, sino que además deben incluirse políticas públicas para achicar esa brecha», aseguró el funcionario, quien destacó que en ese sentido el colectivo trans está organizado y movilizado para alcanzar esa igualdad en relación a aspectos que consideran fundamentales como son el cupo laboral trans, la inclusión educativa, el acceso a la salud, etcétera. «Son los temas que más demandan y con los que más trabajamos», agregó el subsecretario de Políticas de Diversidad Sexual.
Desde lo social el organismo percibe una mayor apertura. Para Paulón esto se refleja en el interior de la provincia. «Santa Fe es la provincia que más localidades tiene con ordenanzas aprobadas por el cupo laboral trans –destacó el funcionario–; tenemos espacios de diálogo con el colectivo trans en más de 40 ciudades de la provincia en conjunto con municipios y la comunidad».
Entre los avances, Paulón también enumeró el funcionamiento de los sistemas de salud, mientras que a futuro destacó el lanzamiento de un programa provincial de inclusión laboral.
«Hay una serie de acciones que vienen de la mano de cubrir y dar respuesta a la demandas, por supuesto que todavía falta porque hay un segmento de la sociedad que no termina de entender, integrar e incorporar», sostuvo el consultado. Estas actitudes se registran mayoritariamente en el ámbito privado, en donde se dificulta la posibilidad de que una persona trans pueda acceder a un trabajo, el poder permanecer en los espacios escolares (los cuales muchos son propia responsabilidad del Estado).
«Hay todo un trabajo que hacer a nivel interno en las instituciones estatales y hacia la sociedad en general que es fundamental para alcanzar la idea de igualdad real que todavía la tenemos lejos», analizó Paulón, al mismo tiempo que valoró a la ley de identidad como una herramienta muy importante para lograr la equidad.
La temática que más preocupa en la actualidad es la baja expectativa de vida del colectivo trans. Esta no llega a los 40 años. «Este es un dato duro a nivel nacional, pero es una constante en el mundo –aseguró Paulón–. Es un dato que nos cuesta mucho revertir».
En ese sentido, sostuvo que se están logrando cambios que vienen de la mano de los jóvenes. «Hay una generación más joven que salió del armario trans y se visibilizó, ya con una ley aprobada y en vigencia que creemos que ha sido una política acertada», aseguró Paulón.
En la vereda opuesta se encuentra la generación que supera los 50 años, la cual ha sufrido la exclusión y grandes dificultades, ya sea porque no pudieron acceder a un trabajo formal ni a una protección de seguridad social. Este sector vive en carne propia las consecuencias de un sistema que no los integró y vive una vejez adelantada.
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