La Mesa Ni Una Menos de Santa Fe convoca para hoy, a las 17, en la Plaza San Martín. El destino final será la Plaza 25 de Mayo por conmemorar el Día de Internacional de la no Violencia contra las Mujeres. Las cifras dan cuenta de un panorama dramático.
En el Día Internacional de la Eliminación de las Violencias hacia Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans, la Mesa Ni una Menos de Santa Fe convoca a una movilización que partirá esta tarde, a las 17, desde la Plaza San Martín (Primera Junta y 9 de Julio) para marchar hacia la Plaza 25 de Mayo. Allí se leerá un documento que expondrá las reivindicaciones y los reclamos para erradicar la violencia que el colectivo sufre a diario.
Por este motivo, las líneas urbanas de colectivo no cobrarán boleto a quienes deseen participar de la actividad.
Al grito Ni una Menos, Vivas y Libres Nos Queremos, cada 25 de noviembre obliga a pensar la dramática situación provocada por la violencia machista. En efecto y acorde al último relevamiento del Ministerio Público de la Acusación, 97 mujeres murieron entre 2014 y 2018 en la provincia. En el 65% de los casos, los imputados o los presuntos autores fueron la pareja o la expareja de la víctima. En el departamento La Capital se registraron 28 casos, mientras que en el departamento Rosario fueron 33.
Por su parte, el quinto Registro Único de situaciones de Violencia contra las Mujeres (Ruvim) –que elabora el Ipec junto a la Subsecretaría de Género de la provincia, indicó recientemente que durante el primer cuatrimestre de 2019, 5294 mujeres sufrieron violencia de género en Santa Fe en comparación con las 4482 del mismo período del año pasado. La mayoría de las víctimas tiene entre 20 y 29 años, en tanto la mayoría de los agresores son parejas o exparejas.
En la misma línea, el Observatorio Ahora que Sí Nos Ven contabilizó 64 femicidios de mujeres entre 15 y 25 años desde el 1 de enero al 20 de noviembre de este año en el país. Sobre la relación con el agresor, el 50% fue la pareja y el 20 % la expareja.
Las duras cifras exponen una realidad dura que no logra revertirse en tanto y en cuanto no se instrumente políticas de Estado que, no solo brinden asistencia a las víctimas, sino también comprenda la complejidad de la problemática y logre establecer instancias de prevención.