El Quincho de Chiquito ya prepara un amplio y nutrido menú de pescado a la espera de visitantes para honrar un lugar emblemático.
La fecha religiosa de Semana Santa se liga, en las costumbres y tradiciones, al pescado. Como una suerte de ritual, El Quincho de Chiquito se convierte cada año en el Templo de la Amistad. En esta oportunidad, todo se prepara porque “hay pescado y hay buena mercadería, además se suman dos días de feriados”. De esa manera, Mari Berón, encargada del comedor –emplazado a la vera de la costanera santafesina– resaltó la opción para quienes llegan a conocer la capital provincial como para las y los propios santafesinos.
“El Viernes Santo es el día del Quincho, es el día que viene la familia, la gente de afuera. Es una ceremonia. Por la cantidad de gente que viene, tenemos una cocina alternativa que tiene historia porque se atienden con amigos que van a colaborar. El que viene de afuera quiere venir a conocer y poder comer pescado”, remarcó Berón en su paso por ATP.
Este año, El Quincho cumplirá 59 años de historia. Surgió en La Vuelta del Pirata, pero por la creciente histórica de 1984, sus hacedores emigraron a nuestra santafesina. Desde entonces hasta el día hoy, se mantiene una brasa “que nunca se apaga”. “Es la llama que nunca se apaga”, resaltó.
Para este fin de semana largo, el equipo de El Quincho ya está trabajando a pleno para formar un menú vasto y apetitoso: empanadas de surubí, marineras, chupín de armado y pacú a la parrilla serán sólo algunas de las opciones.