Su dimisión se produjo tras la protesta de jugadoras por el comportamiento del dirigente con la jugadora Jenni Hermoso, en la premiación por el campeonato obtenido en Nueva Zelanda Australia.
El presidente de la Federación Real Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, anunció este domingo su renuncia al cargo como consecuencia del beso en la boca a la jugadora Jenni Hermoso en la premiación al seleccionado femenino campeón del mundo en Nueva Zelanda-Australia 2023.
«He transmitido mi renuncia al cargo de presidente de la RFEF. Tras la veloz suspensión realizada por FIFA, más el resto de procedimientos abiertos contra mi persona, es evidente que no podré volver a mi cargo», afirmó Rubiales en un documento que publicó en redes sociales.
«Insistir en quedarme a la espera y aferrarme a ello no va a contribuir a nada positivo, ni a la Federación ni al fútbol español», apuntó Rubiales, quien hace unas semanas se mantuvo firme en su decisión de no dimitir.
Al mismo tiempo, el dirigente español, quien afrontaba una suspensión de 90 días dispuesta por la FIFA, confirmó su dimisión del cargo en la vicepresidencia de la UEFA. «No quiero que el fútbol español pueda resultar perjudicado por toda esta campaña tan desproporcionada y, sobre todo, tomo esta decisión tras haberme asegurado de que mi marcha contribuirá a la estabilidad que va a permitir que tanto Europa como África sigan unidas en el sueño de 2030, que permitirá traer a nuestro país el mayor evento del mundo», señaló Rubiales.
En tanto, Rubiales mantendrá su defensa con respecto al hecho que generó rechazo unánime en el mundo: «Tengo fe en la verdad y voy a hacer todo cuanto esté en mi mano para que prevalezca. Mis hijas, mi familia y la gente que me quiere han sufrido los efectos de una persecución desmedida, así como muchas falsedades, pero también es cierto que en la calle, cada día más, la verdad se está imponiendo».
“El país feminista avanza cada vez más rápido. La transformación y mejora de nuestras vidas es inevitable. Estamos contigo, Jenni”, declaró en X (Twitter) la vicepresidenta segunda en funciones del gobierno de España, Yolanda Díaz. La ministra de Igualdad en funciones, Irene Montero, publicó el mensaje “Se acabó”, un lema utilizado por las jugadoras españolas en su protesta que se hizo muy popular con este escándalo.
El caso comenzó el 20 de agosto, cuando en la ceremonia de entrega de premios en el césped del estadio de Sidney tras la victoria de España sobre Inglaterra, Rubiales besó en los labios y por sorpresa a la jugadora Jenni Hermoso, mientras le agarraba la cabeza. Las imágenes provocaron indignación internacional y múltiples pedidos de dimisión contra el ahora expresidente de la RFEF, incluso desde el gobierno.
Pero en una asamblea extraordinaria de la RFEF el 25 de agosto, Rubiales se negó de manera reiterada («¡No voy a dimitir, no voy a dimitir, no voy a dimitir!») y calificó el beso a Hermoso de “espontáneo, mutuo, eufórico y consentido”. La propia Hermoso negó que fuera consentido y esta semana presentó una denuncia ante la justicia contra Luis Rubiales. La fiscalía de la Audiencia Nacional ya había abierto una investigación contra Rubiales por un “presunto delito de agresión sexual”.
La policía del estado australiano de Nueva Gales del Sur, donde se encuentra Sidney, dijo que no habían recibido pedidos de la policía española sobre el caso pero que, si eso ocurre, “prestará asistencia en lo que sea necesario”. La FIFA había procedido el 26 de agosto a una suspensión de Rubiales durante 90 días “de toda actividad relacionadas con el fútbol a nivel nacional e internacional”.
Ya el 25 de agosto, las jugadoras de la Selección Femenina de Fútbol de España –con el título ya ganado– decidieron apoyar incondicionalmente a Hermoso. Tras el suceso de violencia machista, la futbolista anunció su salida del equipo hasta que cambien los directivos, consigna a la que se sumaron sus compañeras.