Lo sostuvo Fabián Palo Oliver luego de atravesar un grave estado como consecuencia de la Covid 19. Luego de la terapia intensiva vino el momento de la rehabilitación. El diputado detalló su experiencia y reprochó con dureza al movimiento negacionista.

Fabián Palo Oliver permaneció 25 días en terapia intensiva como consecuencia de la Covid 19. Luego del alta médica vino una etapa de recuperación que lo mantuvo entre recaudos y cuidados. Hoy, en diálogo con ATP, agradeció nuevamente al personal de la salud del hospital José María Cullen, remarcando la dimensión del trabajo diario; a su familia, amistades e “infinidad de vecinos y vecinas que no me conocen y se prendieron a una cadena de oración”.

“Soy un convencido de que la pandemia nos tiene que sacar mejores. Es una minoría que la que milita la muerte y la anticuarentena. Eso no significa manifestarse libremente como lo hacen algunos sectores afectados porque el Estado no supo, no quiso o no pudo asistirlos como corresponde –distinguió–. En estos días lo único que hago es agradecer y agradecer porque no solamente estoy vivo, sino porque me pude recuperar gracias al cariño”, manifestó el diputado provincial del FPCyS.

El cuadro de Palo Oliver comenzó durante la madrugada del 11 de marzo con un intenso estado febril. Ese mismo día fue hisopodo y tuvo el resultado positivo. “Estuve 36 horas con fiebre permanente y no había forma de bajarla. Cinco días después, el 16, empecé a saturar bajo. Ingresé a la guardia de Covid del Cullen, me hicieron una tomografía computada y se confirmó que tenía la neumonía bilateral”. Así transcurrió la primera etapa de esta historia que continuó en terapia intensiva con una intubación que llegó el 20 de marzo, estado que se prolongó hasta el 2 de abril. Luego vinieron tres virus intrahospitalarios, lo que determinó que a los fármacos contra la Covid 19 se debiera sumar un tratamiento mucho más agresivo para combatir los tres virus.

“De a poco, los signos vitales se fueron normalizando. Después de la traqueotomía, despegué”, relató y siguió precisando de qué manera llegó a la sala común del propio efector Cullen luego de “23 días de coma inducido”. En Aprepa, centro integral de rehabilitación ubicado en San Jerónimo Sud, continuó la recuperación que se prolongó durante 50 días, en los cuales recibió una asistencia integral de kinesiología, terapia ocupacional, neumonología, psicología, psiquiatría, fonoaudiología. “Llegué con 18 kilos menos. Perdí mucha masa muscular. Sin caminar, sin mover los brazos, usando pañales, sin hablar, con oxígeno. Ese fue el cuadro con el que llegué a Aprepa”, precisó el legislador.

No solo a instancias de la experiencia personal, Palo Oliver hizo hincapié en la labor del personal de salud, a quienes consideró “los verdaderos héroes de esta tragedia” y subrayó que se encuentran agotados “por la extensión en el tiempo y porque los pacientes requieren cada vez más cuidados”. “Tengo la fortuna y tengo que agradecer de estar vivo, para los que partieron físicamente, 75 mil argentinos. Vamos a discutir durante mucho tiempo cómo se gestionó la pandemia, pero la letalidad y el daño que está provocando es cada vez mayor. No se puede entender que haya imbéciles que nieguen algo que en el mundo no se discute”, recalcó.

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