El diputado provincial brindó detalles de la situación de la firma, tras el paso de los directivos por la Legislatura. “No dieron ninguna pauta de que pueda haber resolución”, aseveró.

Vicentin volvió a ocupar el centro de la atención en función de la exposición de los integrantes del directorio ante la Legislatura y la intervención que determinó el juez Fabián Lorenzini. Luego de un tiempo que el tema estuviese detenido en la opinión pública, así como un debate que no se extendió para dar cuenta de la gravedad del asunto, Fabián Palo Oliver reflexionó acerca del “momento clave que atraviesa la democracia argentina” y que “desde la política es de donde más hay que hacer esfuerzos para romper con la grieta”.

“No me asustan ni me preocupan las diferencias de fondo en los temas que están en debate. Si me preocupa la falta de tolerancia y la falta de capacidad de la dirigencia política para salirse de esa grieta. Hay que aprender a respetarse y escucharse. Y construir consensos. El gran desafío para 2021 en la provincia de Santa Fe es entender que debemos respetar al gobernador (Omar) Perotti, más allá de que marquemos las diferencias. Y Perotti debe respetar que, como oposición, tenemos un rol”, argumentó el diputado provincial del FPCyS en contacto con ABC1 (que se emite este domingo, a las 23 por Somos Santa Fe y Somos Rafaela; y a las 21, por Somos Rosario).

Ese argumento llevado a las circunstancias que rodearon a Vicentin, el legislador radical cuestionó a un grupo de la “dirigencia política que demonizó la posibilidad de que el Estado intervenga, más allá que el DNU del presidente Alberto Fernández no fue del todo prolijo en términos jurídicos, situación que luego corrigió el gobernador Omar Perotti”. Como integrante de la Comisión de Seguimiento, Palo Oliver remarcó que el caso de la cerealera marcará, “sin dudas, la crónica de una muerte anunciada. A este paso, lamentablemente, la empresa va a la quiebra. Los nuevos directores no dieron ninguna pauta de que pueda haber resolución: no tienen financiamiento, no tienen inversores, no está la plata para hacer frente a una abultadísima deuda de 1350 millones de dólares, los activos representan solamente un tercio de esa importante deuda”, detalló y vaticinó una “banderita de remate” para los próximos meses. Y remató: “El sobreendeudamiento existió por la vinculación política del directorio con Mauricio Macri”.

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