El rubro pelea por sobrevivir, luego de más de un mes de cierre. Se liberan clases mediante redes sociales, pero no alcanza. Presentaron un mecanismo para funcionar.

Desde la Cámara de Gimnasios de Santa Fe presentaron un protocolo para que les permitan funcionar. Antes de la cuarentena total, los propietarios de estos locales en la ciudad ya habían cerrado sus puertas por higiene y seguridad.

En medio de esta coyuntura, envían rutinas a los socios para que sigan con los trabajos en sus casas, pero al no tener permitido trasladar los equipamientos se hace imposible trabajar de esa forma. Para los propietarios es imposible sostener las estructuras ante la falta de actividad.

Natalia Maidana de Rukalaf – Centro de Pilates, Leandro Doldán de Gym Willie Pep y Federico Piva de Gym Boxer, brindaron su opinión al respecto.

“Nos pusimos a disposición desde antes que se declarara la cuarentena, inclusive, la Cámara está trabajando con el apoyo de todos para implementar el protocolo”, dijo Natalia Maidana.

Estamos todos preocupados, es un momento muy importante o de mucha angustia para todos, estamos tratando de sobrellevarlo con mucha concientización y responsabilidad”, agregó.

Por su parte, Leandro Doldán dijo que “en su gimnasio trabajaban 10 personas, incluyendo el servicio de limpieza, profesores fijos y los que van alternando en diferentes gimnasios”.

En Santa Fe, en todos los gimnasios se trabaja a pulmón, no existen gimnasios como en Buenos Aires, en definitiva en la ciudad hay gimnasios chicos comparados con las grandes cadenas”, sostuvo.

“Para mí el gimnasio es el living de mi casa, paso más de 12 horas acá, es afectivo”, aseguró Federico Piva.

Se está trabajando en un protocolo de apertura con medidas de higiene y seguridad» para poder continuar con las actividades e incluso están tratando de constituir una federación a nivel provincial de propietarios de gimnasios.

La Cámara Argentina de gimnasios propuso un protocolo que establece:
1) Límites en la cantidad de usuarios acorde a la cantidad de metros cuadrados del gimnasio,
2) Política de acceso vía turnos y sistemas de check-in previo, que permitan conocer en todo momento la cantidad de gente entrenando en el gimnasio.
3) Límites en la cantidad de usuarios en los salones de clase con demarcación en el piso respetando la distancia recomendada: un socio cada cuatro metros cuadrados.

4) Suspensión de toda clase que implique contacto entre los socios. Por ejemplo, artes marciales o boxeo.
5) Redistribución de equipamiento con dos metros de distancia entre cintas, bicicletas y todo equipo de musculación.
6) Obligación de utilización de protección mediante barbijos a toda aquella persona que concurra y/o trabaje en el establecimiento.
7) Demarcación de espacios en las áreas de atención al público/recepciones para que se mantenga la distancia de dos metros entre personas.
8) Se permitirá hasta 10 personas a la vez en el vestuario incluido el vestuarista.

Al mismo tiempo, se controlará la temperatura de los clientes previo al ingreso a los establecimientos y no se permitirá el ingreso de personas a partir de los 65 años.

También se colocarán botellas de alcohol con spray junto a las máquinas de musculación y el personal de limpieza procederá a la desinfección de las instalaciones al menos una vez por cada hora transcurrida.

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