Es un proyecto legislativo que se da en el provincia de Buenos Aires, días después del asesinato cometido por una decena de rugbiers al golpear a un joven a la salida de un boliche en Villa Gesell.

Tras la brutal golpiza que terminó con la vida del joven Fernando Báez Sosa por parte de una decena de jóvenes que jugaban en el Club Náutico Arsenal Zárate, en el ámbito legislativo de la provincia de Buenos Aires se planteó la posibilidad de aplicar la denominada “mano prohibida” a los jugadores de rugby.

El crimen de Fernando tuvo lugar a la salida del boliche Le Bruque durante la madrugada del 18 de enero, en Villa Gesell, cuando los rugbiers atacaron en patota al muchacho que era estudiante de Abogacía. Habida cuenta del fuerte impacto social que tomó este suceso, ya se propuso que la nueva normativa sea denominada Ley Fernando.

En rigor, “la mano prohibida” no es una figura que conste en el Código Penal, no obstante lo cual los magistrados pueden considerar el uso abusivo o desproporcionado de la fuerza a la hora de agravar las penas. Los primeros borradores del proyecto apunta a sancionar “por una fecha al jugador de rugby mayor de 16 años que protagonice una agresión, lesión, pelea, episodio de violencia, amedrentamiento o intimidación a terceros”. Además, durante esa fecha sin jugar el jugador propiamente dicho deberá asistir a una charla o taller sobre violencia de género, violencia en general y respeto a la diversidad. En caso de la repetición de agresiones, se le podrían quitar puntos al club.

Los promotores de la iniciativa son Leandro Santoro (Frente de Todos) y Daniel Lipovetzky (Juntos por el Cambio), en tanto la idea es hacer extensiva la regulación al resto de los deportes.

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