La titular de la Federación de Cooperadoras Escolares dijo que cada asistente recibe una partida de $18,50 por día para comida, pero para la copa de leche $6,50. Los menús están pensados para niños, pero también comen adolescentes.
Hace mucho tiempo que los comedores escolares volvieron a ser lugares en los que una gran parte de la sociedad a depositado expectativa nada más y nada menos que para confiar la alimentación de los niños y niñas.
El aumento en la cantidad de chicos y chicas que asisten va en aumento de forma exponencial por día. No hay excepción, en todos los lugares de los cordones más vulnerables está ocurriendo.
Hilda Dutriel, titular de la Federación de Cooperadoras Escolares, analizó en el programa televisivo Apto para Todo Público la situación presupuestaria de estas instituciones.
“Según la ley, en marzo y julio se deben actualizar los pagos por partidas a comedores, si bien eso se cumple, los valores son bajos”, sostuvo la dirigente. “Un plato de con carne y otro acompañamiento que puede ser fideos o arroz, más una fruta, hace que esa cifra sea muy baja”, dijo Dutriel.
También reveló que más allá de que los platos sean pensados para niños, los adolescentes también asisten a comer.
En el caso de la copa de leche, se establece que “los niños o niñas deben recibir 200 cm³ de leche con mate, cacao, malta y una factura o pan con dulce.
“A esto hay que sumarle que desde 2014 la Nación sigue pagando los mismos valores”, sostuvo Dutriel.
Como una conclusión dolorosa, aseguró que “se deben hacer las cosas que tengan la mejor calidad posible, pero se reduce la cantidad, a veces consultamos a los chicos y nos dicen que comen algo en su casa y complementan en el comedor”.
En el caso de la Copa de Leche, para un mejor almacenamiento se adquiere en polvo. “Pero no puede ser cualquiera y aumentó una barbaridad, algunas no son fáciles de disolver y no hay batidoras en los comedores”, dijo Hilda a ATP.
También planteó una disyuntiva: “el ministerio dice que por chico entrega más de $30, pero en ese monto se cuentan los cocineros, que en el caso de la escuela en la que estoy no lo tiene, y si hablamos de darles de comer hamburguesas no se imaginan”.
De la misma forma, la dirigente también evaluó que “hay una cuestión cultural, a los chicos se les intentó dar hamburguesa de soja, pero no les gusta, también conozco lugares que reemplazaron la carne por hígado, o en otros la fruta se saltea”.
Por último, Dutriel habló del incremento de la matrícula de alumnos: “se incrementa porque se sabe que en la escuela les damos de comer”.