Acorde al último relevamiento del Centro Comercial de Santa Fe, el 43% de los consultados manifestó bajas de ventas de entre un 10 y un 20% en la comparación interanual de enero. La inflación y el valor de los alquileres son dos factores más que preocupantes.

Durante todo 2018, el panorama para el comercio local fue en caída. En efecto, una simple recorrida por la peatonal permite observar locales cerrados u otros que se encuentran en liquidación “por cierre”. En ese contexto de baja constante del consumo, el Centro Comercial de Santa Fe indicó en su informe correspondiente a enero de este año relevó cuántos negocios vendieron menos en la comparación interanual (desplazando la consulta sobre si vendieron más, menos o igual cantidad).

Así, un 43% de los encuestados señaló bajas de entre un 10 y 20%; un 26,7% declaró caídas de entre 20 y 30% y un elevado 30% reconoció caídas de 30% y más; llegando incluso en algunos casos a informar caídas de 50 y 60% interanual. La entidad también precisó que entre las respuestas se destacan: hubo muy poco movimiento en las zonas comerciales, los consumidores están sumamente cautelosos en sus decisiones de compra, se buscan y priorizan las ofertas o promociones, el mal tiempo (calor y lluvias) tampoco ayudó, muchos consumidores ya no tienen margen de financiamiento en sus tarjetas de crédito.

Otro dato que da cuenta de la compleja situación radica en los cambios que los comerciantes decidieron adoptar para paliar el presente. Las respuestas fueron: reducción de horario de atención, horario partido para optimizar consumo energético, promociones a través de redes sociales, resignar rentabilidad en búsqueda de mayores ventas (descuentos, promociones, ofertas).

Con relación a las perspectivas para la inflación anual, “no sabe” sumó el 30,8% de las respuestas lo que evidencia la incertidumbre del sector, remarca el informe. A ese valor lo sigue el 23,1% que estimó más de un 40%.

Otro tema sensible para la economía del pequeño empresariado se inscribe en los valores de los alquileres. Frente a ello, “muchos propietarios de sus propios locales, reconocieron que siguen abierto precisamente por no pagar alquiler. Dicho costo afectaría notablemente los costos operativos, convirtiendo en muy dificultosa su continuidad”. A su vez, “quienes ya han renovado, lo han hecho con un 30 a 40% de reajuste” y “quienes deben renovar, estiman que se le pedirá ese reajuste, lo cual pone en serio riesgo la continuidad de la actividad”.

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