El miércoles, a las 7.45 comenzará el juicio oral contra un hombre acusado de delitos contra la integridad sexual de una menor de edad de su entorno familiar. El trámite se cumplirá en los tribunales de la ciudad de Santa Fe. Los fiscales Alejandra Del Río Ayala y Federico Grimberg solicitarán una condena de 17 años de prisión. De acuerdo a lo programado por la Oficina de Gestión Judicial, la sentencia se conocerá el viernes.

Un hombre de 29 años cuyas iniciales son DAF comenzará a ser juzgado el próximo miércoles como autor de delitos contra la integridad sexual de una niña menor de edad de su entorno familiar.

Será en el marco de un juicio oral que se llevará a cabo en los tribunales de la ciudad de Santa Fe, cuyo inicio está previsto para las 7.45.

Los fiscales del Ministerio Público de la Acusación (MPA) que participarán del debate son Alejandra Del Río Ayala y Federico Grimberg.

Los funcionarios solicitarán una condena de 17 años de prisión para el acusado. Por su parte, el tribunal pluripersonal que tendrá a su cargo el debate estará integrado por los jueces Eduardo Pocoví (presidente), Jorge Patrizi y Luis Octavio Silva.

Agresiones sexuales

El hombre que será juzgado es integrante de la policía de la provincia de Santa Fe y está acusado de ser autor de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante calificado (por el vínculo, por la guarda y por la convivencia preexistente con la víctima menor de 18 años), en concurso ideal con promoción a la corrupción de menores agravada (por abuso de autoridad, por intimidación y por coerción).

“Los delitos que investigamos fueron cometidos durante aproximadamente tres años, mientras la víctima era menor de 10 años”, precisó la fiscal Del Río Ayala.

“Los ilícitos ocurrieron en una vivienda ubicada en la zona norte de la ciudad, a la que la niña concurría para visitar a su tío”, añadió la funcionaria que integra la Unidad Fiscal de Violencia de Género, Familiar y Sexual (GEFAS).

La fiscal argumentó que “las constantes agresiones sexuales de las que fue víctima la menor, provocaron en ella un real sometimiento y humillación”. En tal sentido, sostuvo que “por la diferencia de edad entre el acusado y la víctima; por la relación de parentesco que los une; y por la modalidad, frecuencia y duración de los hechos, los ilícitos tienen entidad suficiente para adelantar el normal desarrollo de la sexualidad de la niña”.

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