El expresidente brasileño criticó también que el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) aprobara la primera fase del proyecto de venta de la compañía eléctrica estatal.
El expresidente y líder opositor de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva pidió este miércoles al empresariado que se abstenga de participar del proceso de privatización de la empresa pública Eletrobras, la mayor compañía eléctrica de América latina, cuya eventual venta podría ser puesta en duda en caso de que el mandatario Jair Bolsonaro sea derrotado en las elecciones del 2 de octubre.
«Espero que los empresarios serios que quieren invertir en el sector eléctrico brasileño no se suban a este mecanismo exótico que los vendepatrias del gobierno actual están preparando para Eletrobras, una empresa estratégica para Brasil, meses antes de la elección», dijo Lula, precandidato presidencial del Partido de los Trabajadores (PT).
La declaración de Lula se produjo luego de que se conociera que se redujo en cinco puntos la ventaja del exmandatario en la intención de voto, a 40% contra 31% de Bolsonaro, de acuerdo a la última encuesta de DataPoder360 divulgada este miércoles.
Lula criticó que el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) aprobara la primera fase del proyecto de venta de Eletrobras, uno de los puntales de la gestión del ministro de Economía, Paulo Guedes.
De acuerdo a un comunicado del PT, el gobierno impulsa la venta de la empresa por una suma equivalente a 13 mil millones de dólares, cuando el propio TCU había calculado que el valor debería ser el doble.
Eletrobras es dueña de las principales empresas generadoras de energía hidroeléctrica y posee 40% de las líneas de transmisión.
En la misma dirección se pronunció, aunque más enfática, la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, quien afirmó que la privatización de Eletrobras es un «delito de lesa patria» y advirtió que acudirá a la justicia para objetar la negociación y el valor puesto por el gobierno de Bolsonaro.
El gobierno de Brasil privatizó durante la gestión Bolsonaro la empresa BR Distribuidora, dueña de todas las estaciones de servicio de Petrobras, e intenta vender también la compañía Correios, la mayor firma postal de Latinoamérica, para algunos de los players de logística globales.