A partir de maniobras psicológicas y engaños, una organización delictiva estafaba a personas gracias a la intervención de Liliana Marcial, empleada del Poder Judicial de Santa Fe. Con ella son 11 los sujetos detenidos.
Con la detención de Liliana Marcial, empleada del Poder Judicial de Santa Fe, salió a la luz toda una operación vinculada a una presunta secta que ofrecía sanación egipcia, mediante la cual se produjeron estafas. Esta historia tiene como punto de inicio la ciudad de Córdoba, en tanto la investigación prosiguió en la localidad de Villa Cura Brochero. A la fecha, son 11 las personas detenidas. Al respecto, Tomás Aramayo, abogado de las víctimas, explicó en relación con la abogada santafesina que “una cosa era entrar a la organización y otra cosa muy difícil era salir”.
“Esta organización funcionaba como una secta. Las personas captadas eran obligadas a avanzar en determinados grados. Pero todo era costoso, porque cuando la persona se quedaba sin dinero y necesitaba salir, venían los amedrentamientos que incluían hasta denuncias penales”, esgrimió el letrado este viernes en diálogo con ATP. En otras palabras, “la persona que quería salir quedaba muy condicionada a la hora de reclamar un perjuicio. La funcionaria detenida llevaba el sostén legal”.
Acerca de las estafas, Aramayo indicó que “el ardid provocaba un error a una persona y por ese error se disponía del patrimonio de la víctima”. “Todas las personas que estudiaban en esta especie de escuela, que tampoco tenía inscripción en Educación, no podían brindar clases y tampoco eran profesionales de la salud. Por eso, además, está el delito del ejercicio ilegal de la profesión”, profundizó. Y acotó: “Las personas que ingresaban entraban a contar sus problemas y, en algún punto, (quienes estaban a cargo de la escuela) se transformaban en confesores y les creaban otros problemas” relativos a la vida personal y familiar de quienes fueron damnificados. “Les decían que para liberar esa situación debían abonar una determinada cantidad de dinero”, precisó.
