De esa forma, Liliana Loyola, referente de la Asociación Civil Generar, expuso la realidad de víctimas de abusos que se producen en el día a día. Demandó políticas públicas orientas a la prevención porque “los niños no nacen violentos”.
La Asociación Civil Generar lleva adelante una tarea destinada a darles contención y asistencias a mujeres en situación de riesgo. A propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Liliana Loyola sostuvo que “lo que causa honda preocupación es la cotidianeidad de las situaciones de violencia que se viven”.
En diálogo con F5, la referente apuntó que bajo los datos duros sobre femicidios y distintos tipos de violencia “hay una enorme cantidad de violencia cotidiana que viven las mujeres que pasan desde la violencia sexual. No es solamente el golpe o la muerte. Son la violencia psicológica y económica, el acoso callejero, el abuso sexual. Todo esto es la cotidianeidad de las mujeres y está naturalizado”, reflexionó.
Sobre la mayor visibilización de los casos, Loyola fue más allá e indicó que “la violencia hacia la mujer es una cuestión cultural. Hablamos de patriarcado porque hay una relación de poder en el interior de la sociedad, de la familia, de la pareja. El abuso sexual existió siempre y, básicamente, es intrafamiliar. En lugares donde la mujer se tiene que sentir seguras, pasan estas situaciones”.
Habida cuenta de ese proceso cultural que se instala y reproduce en la vida diaria, la titular de Generar valoró que en estos momentos se difunda la consigna “no es no”, la cual alude a que en relaciones sexuales consentidas también se puede ejercer violencia si no se respeta la decisión de la mujer. Por ello, ponderó “las movilizaciones de las mujeres que se dieron en los últimos tres o cuatro años” y evocó que el femicidio de Chiara Páez en Rufino provocó “una gran movilización del Ni una Menos”. “A partir de ahí, las mujeres se fueron plantando y aparecieron distintos colectivos, como el de Actrices Argentinas que respaldó la denuncia de Thelma Fardín. Las mujeres empezaron a decir ‘a mí también me pasó y no lo pude hablar’. De estos temas no podemos hablar hasta que no se nos da un contexto de cierto respaldo entre todas”, destacó.
Del mismo modo, Loyola puso el foco en las grandes cuentas pendientes que suponen la falta de políticas públicas. Fundamentalmente, “trabajar en la prevención porque los niños no nacen violentos. Si trabajamos en la prevención en el nivel inicial, en la escuela primaria, en la formación de los profesionales y en la capacitación de los agentes públicos”, recalcó.