Juan Facciano, presidente de la Cámara Santafesina de Energías Renovables, explicó que el proyecto oficial plantea una enorme desigualdad para la competencia y la supervivencia de las pymes.
En su origen, el proyecto de la denominada Ley Ómnibus planteaba “terminar con la industria de los biocombustibles”. En recientes modificaciones de la normativa se contempla el sostenimiento del sector. Sin embargo, “el sector pyme continúa en una situación de extrema marginalidad porque queda librado a la competencia del mercado con grandes productores”, ilustró Juan Facciano, presidente de la Cámara Santafesina de Energías Renovables, al ser consultado por ATP.
Según expuso el dirigente, el panorama “es desigual porque es imperfecto el sistema”. “Con sólo no vender o ajustar el precio de la materia prima, la pyme se queda afuera antes de competir”, acotó.
Sobre los alcances del proyecto oficial, Facciano consideró que los beneficios están dirigidos hacia el sector petrolero y, “de forma indirecta, a los grandes jugadores de biodiesel porque el más poderoso siempre será el más beneficiado”, acorde a la política que impulsa el gobierno nacional.
“En el país existen unas 27 empresas, de las cuales su gran mayoría son pymes, que están abocadas al mercado interno, que esta ley pretende regular”, consignó Facciano y agregó que en la provincia de Santa Fe son 11 las empresas afectadas: 10 de biodiesel y una de bioetanol. A la hora de ilustrar la relevancia del tema, consignó: “El debate tiene que ser cómo lograr que Argentina, que importa más del 30% del gasoil que se consume, logre utilizar el máximo de capacidad instalada de biodiesel que tiene”. Dicho de otra forma, el eje central es “cómo hacer para que las pymes sigan adentro; tiene que ser algo superador y no algo que excluya”, definió.