La normativa busca impedir que el país sucumba ante la “ideología antifamilia de Occidente” y establece una serie de impedimentos para las personas trans.

El Senado de Rusia aprobó de manera unánime el pasado miércoles una ley que prohíbe el cambio de sexo tanto en el quirófano como en los documentos de identidad. Ahora el marco legal será enviado a Vladimir Putin para que lo firme y entre en vigor. La medida ha sido muy criticada por la comunidad transexual rusa, que además sufre otro tipo de discriminaciones en el país.

La presidenta de la cámara alta, Valentina Matviyenko, aseguró que, pese a las críticas, la ley ha recibido «muchas» reacciones positivas en países europeos, aunque no especificó cuáles. La ley ya había sido aprobada por unanimidad la pasada semana por la Duma o Cámara de Diputados, cuyo presidente, Viacheslav Volodin, la consideró una medida para evitar la «degeneración» de la sociedad rusa.

La ley se enmarca en la campaña del Kremlin por defender lo que llama «valores tradicionales” del país, y prohíbe expresamente las «intervenciones médicas cuyo fin sea cambiar el sexo de una persona”, así como los cambios de sexo en los documentos oficiales y los registros públicos. La única excepción será en casos cuyo objetivo sea tratar anomalías congénitas, enfermedades genéticas y endocrinas y sólo tras ser analizadas por una comisión médica.

La ley también anula los matrimonios en los que una de las partes haya «cambiado de género” e impide a personas trans convertirse en padres adoptivos, tutores o fideicomisarios. La ley, según los legisladores, quiere evitar que Rusia sea penetrada por «la ideología antifamilia occidental”, con algunos de los parlamentarios calificando las transiciones de género como «puro satanismo”.

El viceministro de Sanidad ruso, Oleg Salagai, estimó que en junio fueron 996 las solicitudes para el cambio de sexo durante 2022. En los últimos cinco años más de 2700 rusos y rusas cambiaron de sexo en sus documentos, lo que condujo a casi 200 matrimonios. Los transexuales rusos no sólo temen un endurecimiento de la persecución por parte de las autoridades, sino también para muchos ahora la única salida viable es el exilio.

«Como primera política transexual de Rusia puedo decir que esta ley no sólo es discriminadora, sino que prohíbe la propia existencia de la gente trans en Rusia. Es un genocidio contra los transexuales», comentó en junio a la agencia de noticias EFE Yulia Alioshina, candidata a gobernadora por la región siberiana de Altai.

FuenteDW
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