Dos integrantes del colectivo travesti trans hablaron de la muestra “Vivir en democracia en plena dictadura”, que se emplaza en el Centro Cultural Provincial, y sobre el valor del orgullo y la diversidad.

“Vivir en democracia en plena dictadura” es un título que resume los pesares que el colectivo trans y travesti sufrió durante las décadas de 1980 y 1990. También es el nombre que lleva la muestra fotográfica que se emplaza, hasta el 8 de julio, en el hall del Centro Cultural Provincial Paco Urondo (Junín 2457, Santa Fe). Sobre el significado de la exposición, y en consonancia con el Día Internacional del Orgullo LGBT, se manifestaron Fabiana González y Carla Pereyra en una charla con ATP.

“Las fotografías son del Archivo de la Memoria de la provincia de Santa Fe. También está la Mesa de Reparación para Sobrevivientes Travestis y Trans. Además, están los expedientes que recuperamos de detención y persecución sistemática que vivimos en la ciudad de Santa Fe”, comentaron las militantes. Esta realidad se encuadra en lo que sucedió desde 1983 hasta 2010. Durante ese lapso regían los códigos de faltas “con tres artículos que penalizaban la identidad trans”. “Uno de ellos era un artículo contra el travestismo. O sea, las fuerzas de seguridad estaban habilitadas a someter a detenciones y a las peores vejaciones, torturas, violaciones por el solo hecho de ser una persona trans”, explicaron.

“Las persecuciones sucedían durante la dictadura y continuaron en democracia”, remarcaron. En tanto González sostuvo: “Por todas las comisarías de la ciudad hemos pasado porque se nos detenía por travestismo, ofensa al pudor, prostitución. Y si nos negábamos a firmar eso, nos pasaban a desacato a la autoridad”, narró sobre lo que podía suponer 60 días de arresto. Por todas esas razones sumadas a la privación de derechos básicos “para poder desarrollarse en una sociedad laboral”, el colectivo travesti trans impulsa un proyecto de ley para la reparación que se encuentra en la Legislatura santafesina.

Acerca del sentido que guarda el término orgullo, González refirió “a la liberta de poder militar y conquistas derechos porque antes no lo podíamos hacer”. Por su lado, Pereyra indicó que el orgullo se asocia “a la situación que provoca la sociedad de inculcarnos el miedo”. “Cuando me di cuenta que era trans, lo primero que sentí fue miedo por cómo iba a reaccionar la sociedad. No sólo miedo, sino también la vergüenza. Hacernos sentir que lo que somos es malo, feo, horrible, ridículo. Reivindicar el orgullo es decir que ‘mi forma de ser no tiene nada de malo’. Es una de las varias formas de vivir la experiencia humana”, sintetizó la militante.

FuenteRDP
Artículo anterior¿El coronavirus puede dañar los espermatozoides?
Artículo siguienteEl Imusa insta a ser dueños de animales responsables