Más de 200 personas de todas las unidades académicas participaron de los talleres en los que se delinearon escenarios futuros de Santa Fe.
Con el objetivo de construir una visión colectiva de futuro a 450 años de la fundación de la ciudad de Santa Fe, la Universidad Nacional del Litoral (UNL) desarrolló una innovadora experiencia de participación activa basada en el diálogo y la escucha. Denominada “Santa Fe 500” contó con la participación de más de 200 personas que integran la Comunidad UNL y se desarrolló en dos jornadas –martes 27 y miércoles 28 de junio– en Ciudad Universitaria de la capital provincial.
Cimentada en la metodología de diálogos estructurados, la iniciativa contó con la colaboración de 45 facilitadoras y facilitadores y reunió múltiples miradas de integrantes de la comunidad universitaria, de todas las edades, disciplinas, pertenencias y saberes, quienes reflexionaron sobre el futuro de Santa Fe. La dinámica, denominada «World-Café», se diagramó en torno a mesas de diálogo en las que se abordaron cinco temáticas esenciales: Desarrollo humano; Desarrollo económico y social; Ambiente y sustenibilidad; Gobernanza y convivencia; y Educación y sociedad del conocimiento. Se trató de un ejercicio de prospectiva, es decir de prefigurar el futuro de Santa Fe y proyectar los valores, deseos y escenarios para cuando la ciudad cumpla 500 años. La actividad pretende relevar y construir de manera colaborativa una serie de lineamientos de una agenda para el desarrollo de la ciudad, que luego se compartirá con toda la comunidad.
“Estamos muy orgullosos y felices de poder desarrollar esta innovadora experiencia en torno a los 450 años de la ciudad de Santa Fe. Es algo que queríamos hacer desde hace tiempo y entendimos que era un contexto ideal”, aseguró el rector Enrique Mammarella para luego completar: “Es ejercicio colectivo basado en lo que venimos pensando desde la UNL en el plan estratégico en cuanto a prospectivas, al futuro y a la construcción colectiva de escenarios posibles”. Luego subrayó “el valor de la escucha y de diálogo, de respetar las ideas, de trabajar y construir en equipo”. Finalmente, Mammarella destacó “la importancia de pensar en futuros colectivos que van a ser realidad en tanto nos involucramos, sumamos voluntades y hacemos que las cosas pasen, algo que conforma la idiosincrasia de la UNL.
Marta Paillet, consultora internacional en metodologías participativas, fue parte de esta experiencia de la UNL. En la apertura de las jornadas, aseguró sentir “gratitud por la iniciativa de la Universidad Nacional del Litoral, por animarse a hacer algo tan especial e innovador, porque se atreven a hacer que las cosas sucedan, por darle valor al diálogo y la escucha en un mundo tan dominado por el egoísmo y la codicia”. Así, Paillet remarcó que “el futuro se construye desde el presente y estas jornadas son ideales para ello ya que si queremos empezar a hacer una cosa distinta, lo primero que tenemos que cambiar es cómo nos comunicamos. El diálogo adversarial es ineficiente y provoca violencia y grietas. El diálogo colaborativo, en cambio, produce creatividad y soluciones. Eso es lo que buscamos construir en con esta metodología que denominamos técnicamente World-Café. Aquí, en UNL, estamos construyendo un futuro mejor”.
“Realizamos una primera experiencia muy interesante y provechosa en el ámbito de la UNL. Convocamos abiertamente a la comunidad universitaria a participar activamente de esta iniciativa y se sumaron más de 200 personas correspondientes a todos los claustros, tanto docentes como estudiantes, nodocentes, graduados, investigadores, etc., para pensar la ciudad del futuro”, remarcó la directora de la Unidad de Estudios Especiales de la UNL, Andrea Valsagna, para luego completar: “La idea que impulsó esta iniciativa fue colaborar en este año que la ciudad cumple 450 años con una mirada hacia el futuro, una mirada prospectiva, es decir, ¿qué soñamos, qué imaginamos que es la ciudad de Santa Fe? ¿Cómo va a ser la ciudad de Santa Fe dentro de 50 años? ¿Y qué nos gustaría encontrar?”. En esta línea, se mostró muy satisfecha por el desarrollo de la experiencia y por la respuesta de quienes participaron: “La metodología funcionó muy bien, los participantes estaban todos muy contentos. Lo que se hace es colectar muchas ideas, muchas propuestas que quedan registradas para armar un documento que es colectivo”. Finalmente, invitó a conocer más sobre esta experiencia y a enterarse de todas las novedades en la plataforma oficial https://www.unl.edu.ar/santafe500
Marcelo Grabois, director del Programa de Inteligencia Estratégica y Tecnológica de FIQ-UNL, explicó que “la experiencia de esta semana fue el inicio de un trabajo en este sentido que continuaremos desarrollando durante los próximos meses. Se trata de una iniciativa que es producto de una investigación que venimos realizando desde hace más de 5 años sobre técnicas de construcción colectiva de futuro pues trabajamos sobre aspectos prospectivos y junto a Marta Pailet hemos desarrollado una técnica que se está usando en todo el mundo que se llaman diálogos estructurados específicamente de World-Cafe que es lo que aplicamos en este dispositivo de comunicación y diálogo”. En esta línea, Grabois indicó que “este año llevamos a cabo un curso de posgrado de construcción colectiva de futuros donde se entrenaron alrededor de 50 personas pertenecientes a la comunidad universitaria quienes colaboraron como facilitadores en esta experiencia y hoy la UNL cuenta con un equipo capacitado para liderar dispositivos de comunicación dentro de un nuevo paradigma que engloba el abordaje apreciativo, el diálogo estructurado y el diálogo no adversarial. Además del efecto prospectivo de la cosecha de buenas ideas y la cosecha de la opinión de las personas lo que genera esto es una conexión emocional”.
En el marco de las políticas de gestión ambiental de la UNL, la organización de las mesas de diálogo contempló un mejor manejo de los residuos. Por un lado, se redujo la cantidad de plásticos y papeles utilizados, promoviendo que cada asistente concurra con su jarra o taza y evitando los insumos fraccionados en plásticos para los coffe-break. Además, se hizo una separación de residuos compostables y reutilizables: de esta manera se logró compostar 3.3 kg de los 4.1 kg de residuos generados durante los talleres; siendo el resto reciclable como residuo seco.