Paco Garibaldi planteó sus premisas para llegar a la Cámara Alta por el departamento La Capital. “Siento orgullo por ser parte del equipo de Miguel Lifschitz”, recalcó.

Por la lista “Adelante” y en el marco de la interna de Unidos por Cambiar Santa Fe, Paco Garibaldi aspira llegar al Senado provincial en representación del departamento La Capital. El actual concejal del socialismo sostuvo que es necesario “tener los pies en la tierra, durante la campaña y cuando se gobierna”. En tal sentido, se mostró autocrítico en tanto la dialéctica política suele “hablar de otra realidad”.

“Esta no puede ser una campaña de promesas vacías o entusiasmar a la gente con algo hueco. Tengo mucha tranquilidad y mucho orgullo de ser parte del equipo de Miguel Lifschitz –exaltó el dirigente socialista–. Miguel fue el gobernador que más honró a toda la provincia. Tenemos ese legado bien alto”, ponderó en diálogo con Ciudadanos (que se emite este domingo, a las 20, por Somos Santa Fe, Somos Rafaela y Somos Rosario).

Al ser consultado sobre su voluntad de ingresar a la Cámara Alta, Garibaldi consideró que “es un lugar muy importante, pero que hoy se desaprovecha”. “Tenemos un senador que dedica más tiempo a tocar en recitales –en alusión a Marcos Castelló– que defender los intereses de Santa Fe para que vengan las obras de los gobiernos nacional y provincial. Y que de una vez por todas se tome con seriedad el problema de la inseguridad”. Sobre este último aspecto, el precandidato criticó: “No puede ser que el gobernador haya llegado prometiendo paz y orden, hayan pasado cuatro años, cuatro ministros y no hay un plan. Y los delincuentes se expandieron como una mancha de aceite por toda la provincia. Sobre esas cosas, un senador tiene mucho para hacer”.

En su argumentación, Garibaldi puso el foco en que el poder del Senado y el desconocimiento de la población sobre sus competencias. “Eso pasa porque no quieren que se sepa. Los legisladores tienen fueros. Voy a renunciar a mis fueros –anticipó–, voy a rendir cuentas y trabajar incansablemente para defender lo nuestro”. A su vez, recordó que durante su paso por la Cámara de Diputados fue uno de los promotores de la Ley de Educación que no tuvo sanción definitiva por su parálisis en el Senado, al punto de perder estado parlamentario. “¿Cómo puede ser que se desconozca la importancia de la educación con una ley que tuvo la participación de un millón de personas?”, planteó y aseveró: “El Senado no puede ser una máquina de impedir”.  

FuenteRDP
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