Según un estudio de la Came, la aceleración de la inflación puso más dificultades para conseguir insumos.
La producción de la industria manufacturera pyme subió 0,4% en abril frente al mismo mes del año pasado, a precios constantes. Así, acumula un aumento de 1,8% en el primer cuatrimestre del año (frente a los mismos meses de 2022). En la comparación con marzo, la actividad se retrajo 1,9%. Estos son datos relevados por la Came (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) a nivel nacional.
La aceleración de la inflación puso más dificultades para conseguir insumos. El 58% de las industrias consultadas manifestaron faltantes y demoras en las entregas. Hubo más especulación entre los proveedores, que cortaron financiamiento, priorizaron clientes con liquidez inmediata, subieron precios preventivamente, o directamente no entregaron mercadería esperando el techo del dólar.
El uso de la capacidad instalada de las empresas de la muestra se redujo muy levemente, de 73,3% en marzo a 73,2% en abril, en línea con la dinámica del sector, marcada por bajo crecimiento e inversiones en compás de espera. Los niveles más elevados se encontraron en “Papel e Impresiones” (76,4%), y los más bajos en “Metal, Maquinaria y Equipo, y Material de Transporte” (71,3%).
Estos resultados surgen del Índice de Producción Industrial Pyme (IPIP) que elabora CAME, con una muestra que alcanzó unas 384 industrias pyme a nivel federal. En cuanto al rubro alimentos y bebidas, la producción se incrementó 4,1% anual en abril, a precios reales, y acumula un aumento de 5,5% en el primer cuatrimestre del año (frente a los mismos meses de 2022). En la comparación mensual, se redujo un 4,6%. Las industrias trabajaron con 73,6% de su capacidad instalada, con dificultadas para abastecerse de materia prima, no solo importada sino también nacional. El 46,3% de las firmas encuestadas dijeron haber tenido problemas, y para el 95% fueron iguales o mayores que en marzo. Las subas de precios alentaron algunas especulaciones en las entregas y esto dificultó la elaboración. Aun así, la demanda se mantiene firme y permite al industrial seguir creciendo con la macroeconomía inestable.