Se trata de un trastorno genético que afecta al desarrollo cerebral y del organismo. Especialistas sostienen que hay que resistir la estigmatización que muchas veces genera, y rescatar siempre los aspectos positivos del niño o la niña.

La Sociedad Argentina de Pediatría se expresó a favor de la inclusión escolar y social de los niños con Síndrome de Down y «contra la estigmatización que a menudo acompaña estos trastornos».

En el marco del Día Mundial de las Personas con Síndrome de Down, que se conmemora este martes, Fernando Burgos, médico pediatra y miembro de la Subcomisión de Medios y Comunicación de la SAP, dijo que el niño con Síndrome de Down debe «deba ser controlado por el pediatra de cabecera. En todos los casos, será el nexo coordinador entre los especialistas y la familia; actuará como referente integrador de la situación, para evitar que el niño se transforme en el objeto de una atención fragmentaria».

En opinión de Ángela Nakab, especialista en Pediatría y Adolescencia de la SAP, «se deberá alentar la resistencia hacia la estigmatización que a menudo acompaña estos trastornos, procurando rescatar siempre los aspectos positivos del niño, apoyar la inclusión y la integración escolar en todos sus períodos».

Por su parte, la pediatra María Jimena Fraga, secretaria del Grupo de Trabajo en Discapacidad de esa institución, indicó que «es fundamental conocer sus fortalezas y posibilidades, más allá de sus limitaciones y debilidades, promover el respeto y valorar sus esfuerzos y logros. Estimularlo desde el nacimiento en todos los aspectos (psicológico, físico y social) con el fin de potenciar sus capacidades y que puedan lograr metas que estén a su alcance. Evitar la sobreprotección y fomentar su autonomía e independencia. Recordar que cada individuo es singular, con una personalidad propia y única».

Según el Registro Nacional de Anomalías Congénitas (RENAC), nacen cada año en el país unos 1200 niños con síndrome de Down, que surge a partir de una prevalencia de 17,26 por cada 10.000 nacimientos, lo que representaría una población aproximada de 70 mil personas en todo el territorio nacional.

«Es importante tener en cuenta que estamos hablando de una alteración genética discapacitante, pero no de una enfermedad, y que se debe estimular y promover la inclusión a partir del respeto por las diferencias», subrayó Lucas Navarro, secretario del Comité de Prevención de Lesiones de la SAP.

El Síndrome de Down afecta al desarrollo cerebral y del organismo y es la principal causa de discapacidad intelectual y también la alteración genética humana más común, recordó esta organización.

Sin embargo, Burgos sostuvo que «no hay nada específico que estos niños y niñas no pueden hacer sino que todo depende de descubrir sus potencialidades».

Entre las complicaciones que suelen presentarse con mayor frecuencia en los niños con Síndrome de Down se destacan los defectos cardíacos, gastrointestinales, trastornos inmunitarios, apneas del sueño, obesidad, problemas en la columna vertebral, leucemias, demencias y, con menor prevalencia, afecciones como problemas endócrinos, problemas dentales, convulsiones, infecciones de los oídos y problemas en la audición o la visión.

FuenteTélam
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