Luego del relevamiento y el desarrollo de los informes técnicos correspondientes, se resolvió no retirar los ejemplares de la Laguna, evitando así la intervención humana en un fenómeno natural.
Ante la situación originada por la mortandad de peces en la laguna del Plata, en Vera y Pintado, ocasionada por la sequía y las altas temperaturas registradas en la zona –lo que ha provocado una abrupta baja de los niveles de agua de la laguna y una disminución considerable en los niveles de oxígeno disuelto– el gobierno provincial, basado en los informes técnico-biológicos elaborados por la Dirección de Manejo Sustentable de los Recursos Pesqueros, resolvió no retirar los peces muertos en dicha laguna.
De los muestreos efectuados por personal competente surge que la Laguna del Plata, que presenta habitualmente una profundidad de entre 100 y 150 cm, actualmente se encuentra en el orden de los 30 cm. Según los análisis realizados, el oxígeno disuelto en el agua osciló entre 1.5 mg/l y 2. Mg/, mientras que la temperatura del agua fue de entre 35.5 °C y 36°C.
La reducción de los niveles hidrométricos genera la concentración de todos aquellos elementos químicos y biológicos propios del cuerpo de agua. Esto conlleva a que exista una mayor intensidad en todos los procesos ecológicos, principalmente de los procesos degradativos de la materia orgánica, lo que requiere adecuadas concentraciones de oxígeno disponible en el agua.
Este proceso de estrés, no solo de la laguna del Plata sino también de otros cursos del agua de la Provincia, se viene intensificando como consecuencia de que la temperatura media diaria paulatinamente se fue incrementando, convirtiéndose así en uno de los factores de mayor relevancia para favorecer y aumentar el metabolismo oxidativo de los cuerpos de agua.
En el caso de la laguna del Plata, se detectó que la mortandad afectó 18 especies (entre ellas, lenguado, viejas del agua, corvina, sábalo, dorado, palometa, porteñitos, mandubé cucharon, raya, mojarra, dientudo, lisa y boga), representando los sábalos el 79% de la biomasa disponible.
Aún a la espera de los resultados de laboratorio de las muestras de agua tomadas en la Laguna del Plata, todos los elementos analizados indican que se está frente a un proceso natural y que no existirían agentes antrópicos causantes de la mortandad. Ratifica ello la gran cantidad y diversidad de especies de aves registradas en la zona.
En base a tales evaluaciones, se ha concluido que retirar los peces muertos sería generadora de daños ambientales, al interferirse sin justificación en un proceso que, pese a lo impactante, es natural, afectándose la cadena trófica del sistema.
Debe tenerse presente que los peces muertos constituyen el alimento de numerosas especies de bacterias, peces, crustáceos, aves y mamíferos, por lo que corresponde adoptar el criterio de mínima intervención a efectos de mantener el equilibrio y dinámica de los sistemas ecológicos. Los procesos de descomposición bacteriana y hongos así como de los saprófagos (dípteros, coleópteros y lepidópteros) viven de alimentarse de los cuerpos en descomposición. Los ciclos de vida de estos organismos se ven acelerados por aumento de la temperatura y humedad.
Todos estos artrópodos se vuelven a convertir en alimentos de otros seres vivos. El ciclo de los descomponedores está actuando a gran velocidad, lo que se evidencia en el avanzado estado de descomposición de los peces observados, estimándose que dicho proceso se extenderá, de mantenerse las actuales condiciones, por aproximadamente dos o tres semanas.
Se recomienda a la población no consumir ejemplares muertos o moribundos, ya que los peces se descomponen rápidamente y podrían representar un grave riesgo para la salud, como así también se desaconseja usar el agua de la laguna con fines recreacionales o de bebida, no siendo tampoco recomendable tomar contacto con los cuerpos de los peces.