Ante la medida, algunos comerciantes optaron por taparles la cabeza con bolsas y otros a innovar para no perder ventas.            

El régimen talibán prohibió el uso de maniquíes mujeres con cabeza, por lo que en la medida se obliga a que estos muñecos sean decapitados, o en todo caso, que se les tape la parte superior.

Fue el Ministerio de Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio que llevó adelante esta política. Al principio la orden era que los maniquíes sean directamente retirados de las vidrieras o decapitados, pero tras el descontento de algunos comerciantes que necesitan de estas figuras para poder vender sus vestidos, se permitió que se tape la cabeza con telas.

Es así como los dueños de los locales comenzaron a mostrar la ropa que comercializan con maniquíes con la cabeza tapada por telas, bolsas o cualquier otro elemento.

La norma está vinculada a una de las leyes islámicas que prohíbe las estatuas e imágenes con forma humana, ya que podrían ser adoradas como ídolos. Sin embargo, es una orden que atenta contra los derechos de las mujeres en ese país y que viene relacionada con una de las políticas que llevaron adelante ni bien tomaron el poder en agosto de 2021: apartar a las mujeres de la mirada pública.

Afganistán es un país que ya ha sufrido diferentes medidas contra las mujeres, entre otras cosas, se privó de la educación a todas las mujeres mayores de 12 años, que también tienen cerradas las puertas de los institutos de secundaria y las universidades.

Derechos

Días atrás, el gobierno talibán prohibió a las mujeres trabajar en centros comerciales y dio 10 días para cerrar los salones de belleza del país. «El Gobierno de los talibanes estableció un plazo de 10 días para el cierre de los salones de belleza femeninos», comunicó el canal de televisión emiratí Al Arabiya, y agregó que las autoridades afganas también prohibieron a las mujeres trabajar en los centros comerciales.

Este anuncio se da semanas después de que Kabul ordenara a las ONG locales e internacionales suspender la contratación y el trabajo del personal femenino y vetara el estudio de alumnas en las universidades públicas y privadas del país por «violar las leyes del Islam».

El representante adjunto de Naciones Unidas para Afganistán, Markus Potzel, reclamó el cese del veto contra la educación de las mujeres y su trabajo para las ONGs, durante una reunión con el ministro talibán en funciones para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio, Mohamed Jalid Hanafi.

Según un comunicado de la Misión de la ONU en Afganistán (Unama), Potzel trasladó al ministro talibán que estas prohibiciones son un «acto de discriminación contra las mujeres» que están impidiendo que los afganos reciban una ayuda imprescindible para sobrevivir, informó la agencia de noticias Europa Press.

De igual modo, Potzel recordó el impacto que estos vetos están teniendo en la economía afgana, por lo que solicitó al ministro que contemple «su levantamiento urgente», concluye el comunicado.

Potzel mantuvo recientemente otra reunión con el ministro de Educación Superior talibán, Mohamed Nadim, considerado como uno de los elementos más extremistas del movimiento fundamentalista, a quien también solicitó el levantamiento urgente de las prohibiciones que, según la Unama, podrían abrir una «nueva era de crisis en el país».

Desde su llagada al poder, tras la salida de las tropas estadounidenses el 30 de agosto de 2021, los talibanes se fueron estableciendo y con ello, las mujeres fueron perdiendo numerosos derechos.

El pasado 24 de diciembre los talibanes prohibieron a las ONGs nacionales e internacionales tener o contratar a empleadas mujeres alegando que éstas incumplían las reglas de vestimenta islámica que rigen en el país musulmán.

Una semana antes, habían anunciado que las mujeres ya no podrán asistir a la universidad, y antes de eso les habían prohibido acceder a la educación secundaria.

FuenteHoy / Télam
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