Las acciones comenzaron en barrio Monseñor Zazpe, continúan en San Agustín y seguirán por La Ranita y Yapeyú. También se realizan tareas de concientización sobre enfermedades virales transmitidas por mosquitos.
Durante este mes, la Municipalidad de Santa Fe retomó el trabajo de descacharrado asistido en barrios de la ciudad. Se trata de acciones de prevención del dengue y promoción de ambientes saludables, que desarrollan en forma conjunta las áreas de Ambiente y Salud. En esta instancia, se trabaja en el sector noroeste: primero se visitaron domicilios de Monseñor Zazpe, se continúa por San Agustín y posteriormente, se llegará hasta La Ranita y Yapeyú.
La visita casa por casa se hace en coordinación con las asociaciones de higiene urbana que realizan tareas de limpieza en los barrios, por lo que se trata de actores fundamentales para llevar adelante acciones de prevención. Los integrantes de esas agrupaciones fueron capacitados previamente para completar estas actividades.
El subdirector de Promoción de la Salud municipal, Juan Picatto, contó que durante el mes en curso se arrancó con “los trabajos de prevención de dengue a través de las acciones de descacharrado asistido. Es una línea de trabajo que consiste en recorrer casa por casa, en un trabajo de concientización con los vecinos para que eliminen de sus viviendas, aquellos objetos que no tienen uso y neutralicen los que sí utilicen, pero pueden servir como reservorio del mosquito”.
Además, el funcionario remarcó la importancia de completar las acciones con “una consejería de prevención de las enfermedades como dengue, zika y chikungunya”.
“Todos los años tenemos la misma lógica: trabajamos con las asociaciones de higiene urbana de la ciudad ya que consideramos que son actores clave por la labor que realizan. Cumplen un rol fundamental de promoción de ambientes saludables”, explicó.
Luego indicó que para el comienzo del descacharrado se prioriza “el sector noroeste y tenemos en cuenta dos lógicas para trabajar: una es darle prioridad a los lugares donde hubo antecedentes de brotes o donde los sensores de las oviposiciones que tenemos indican que hay una presencia más significativa del mosquito; y el otro criterio tiene que ver con la participación, con la demanda que recibimos por parte de alguna asociación vecinal u organización barrial”.
“En cuanto al descacharrado, le pedimos al vecino que lo saque de su domicilio y, en caso de que quiera descartarlo, se establece una esquina asignada y se articula con la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático municipal para que pueda retirarlo”, destacó más adelante.
Sobre la respuesta de la comunidad, el funcionario manifestó: “En los últimos años hubo brotes de dengue y los vecinos tienen presente esa situación. Por eso, cuando visitamos los domicilios, en general cuentan con información. Entonces trabajar es más fácil ya que toman de buena manera las recomendaciones”, concluyó.
El descacharrado refiere a la importancia de eliminar objetos inservibles de las viviendas y neutralizar (tapar, dar vuelta, colocar bajo techo) aquellos recipientes u objetos que pueden acumular agua de lluvia. Es la medida de prevención fundamental para las enfermedades transmitidas por los mosquitos aedes aegypti, como dengue, zika y chikungunya.
La fumigación no es considerada una medida preventiva por los impactos negativos que genera en la salud y en el ambiente, eliminando organismos controladores de mosquitos y generando mecanismos de resistencia en estos insectos, por lo que no resultan efectivas en la disminución de la población del aedes aegypti. El descacharrado en cambio, disminuye hasta un 80% la población del mosquito transmisor, que tiene hábitos domiciliarios, ya que coloca sus huevos en recipientes en uso o desuso que puedan contener agua.