Así lo explicó Rodrigo Echeveste, investigador del Conicet. “Los modelos computacionales nos permiten trabajar como si fueran campos de prueba para probar hipótesis”, sostuvo.
“¿Cómo nuestro cerebro procesa la información que recibimos del mundo exterior?, ¿cómo hacemos para darle sentido a lo que percibimos? ¿y cuáles son las diferencias de percepciones entre sujetos neuro típicos y personas con Trastorno de Espectro Autista (TEA)?”. De esa forma, Rodrigo Echeveste, investigador del Conicet, comenzó a dar cuenta del estudio que se lleva delante de la mano de la inteligencia artificial.
En contacto con ATP, el científico explicó que para “poder desarrollar modelos suficientemente detallados en torno a tales procesos, que son muy difíciles de construir, utilizamos la técnicas de inteligencia artificial que nos permiten encontrar modelos de redes neuronales que logren reproducir modelos que nos interesan estudiar”, amplió. Dicho de otra forma, “los modelos computacionales nos permiten trabajar como si fueran campos de prueba para probar hipótesis a partir de observaciones empíricas que se han hecho en el pasado”, detalló.
En este contexto, Echeveste añadió que “el uso de la inteligencia artificial para comprender mejor el uso del cerebro ganó mucho ímpetu en los últimos años, la neurociencia no es un excepción y vemos cada vez más trabajos para ayudarnos a darle sentido y comprender un sistema tan complejo como es el cerebro”.