El fluido, único en el país, es una invención conjunta de un equipo de investigadores de la Facultad de Ingeniería Química de la UNL y Conicet, y la empresa Aceites Especiales Santa Fe (ACESFE).
Un equipo de investigadores de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y el Conicet, junto a la empresa Aceite Especiales Santa Fe (ACESFE), desarrollaron un proceso de producción de aceite dieléctrico. El objetivo fundamental de este desarrollo es reemplazar los fluidos dieléctricos en uso actualmente, que son derivados del petróleo, ya que conllevan muchos problemas de toxicidad y riesgo de inflamación y, fundamentalmente, por tratarse de una fuente que no es renovable, por un aceite vegetal a base de soja.
Esta invención fue convalidada en 2018 por el Instituto Nacional de Propiedad Industrial y es propiedad de la UNL en conjunto con Alejandro José Perez Bigot y Luis Oscar Schujman de la empresa ACESFE. Los investigadores de la UNL que trabajaron en esta tecnología son Juan Carlos Yori, Carlos Román Vera y Gerardo Carlos Torre de la FIQ-UNL y Conicet.
En julio de este año, se logró ingresar a la etapa comercial, con la adquisición de 200 litros de aceite dieléctrico por parte de la empresa Palmieri Hnos.
Un producto amigable con el medio ambiente
“Este desarrollo es un fluido dieléctrico de uso en transformadores que hemos desarrollado en la UNL, el mismo utiliza una fuente renovable que es el aceite de soja, al que se somete a una serie de procesos químicos que le confieren las propiedades necesarias para funcionar dentro de un transformador”, explicó el investigador Yori.
En cuanto a las ventajas frente a otros aceites similares, que actualmente se comercializan, Yori sostuvo que “además de tratarse de una fuente biodegradable (no tiene un efecto adverso hacia el medio ambiente), no tiene toxicidad, ya que estamos hablando de un aceite refinado que es el mismo que utilizamos para preparar nuestros alimentos. También, frente a los fluidos derivados del petróleo es mucho más seguro porque tiene un punto de inflamabilidad mucho más alto, lo cual lo vuelve más seguro”.
El grupo viene trabajando desde hace más de seis años en un transformador ensayado con este aceite y los resultados fueron óptimos. “Hasta el momento, todo indica que el aceite que se está utilizando, de origen vegetal, tiene propiedades iguales o mejores que los aceites minerales. La gran ventaja es que se trata de un producto que es amigable con el medio ambiente”, aseguró el decano de FIQ Adrian Bonivardi.
Brindar soluciones a la industria
El proyecto integral aborda una problemática más amplia y compleja, que incluye grandes empresas de energía eléctrica pero también cooperativas que trabajan con transformadores. Por lo cual «esto tiene un grado de complejidad alto por interactuar con distintos actores, no sólo académicos, sino también del gobierno y sectores sociales que se ven afectados. Se trata de un proceso de trabajo interdisciplinario en el que participan ingenieros químicos, eléctricos, industriales y empresarios, para brindar soluciones que terminan beneficiando también al conjunto social”, sostuvo Bonivardi y añadió: “Que hoy una empresa santafesina con 30 años de trayectoria en la fabricación y reparación de transformadores confíe en nuestros desarrollos y adquiera 200 litros de este aceite, nos llena de satisfacción. Se trata de la primera comercialización del producto, lo cual nos da impulso para seguir trabajando en este tipo de proyectos que dan respuestas a necesidades reales”.
Por su parte, Juan Carlos Yori sostuvo que “es un doble orgullo, primero porque estamos a la altura de solucionar problemas que hoy está demandando la industria y, segundo, porque no tenemos que recurrir a importar tecnología, sino que podemos producirla en el país”.