El funcionario está acusado de abuso contra su propio hijo. También allanaron su domicilio y se vivieron momentos de tensión.
Ayer por la tarde, en la ciudad de Reconquista un funcionario de la justicia federal fue detenido. Se trata del prosecretario de la fiscalía de esa ciudad del norte santafesino, Gabriel Hernández. Horas después, el juez Gustavo Gon ordenó el allanamiento de su vivienda.
Allí Hernández vive solo con su hijo de 12 años, quien sería su víctima. Hasta hace poco también vivía con ellos la madre del profesional.
El allanamiento fue practicado por personal de la Oficina de Trata de Personas de la Policía de Investigaciones. Los efectivos ingresaron a la vivienda con dos testigos y los abogados defensores Andrés Ghio y Andrés Ramseyer.
Mientras tanto, la novia de Hernández aguardó afuera y filmó las acciones. El funcionario judicial está acusado de amenazas, coacciones, privación ilegítima de la libertad de su propio hijo de 12 años.
Una de las denuncias fue hecha por la madre del niño y ex pareja de Hernández. En ella detalla que era amenazada constantemente, pero el detonante fue que el niño concurría a la escuela con unas zapatillas rotas, porque le quedaban chicas, las había abierto, y las había envuelto en cinta de embalar.
La situación llegó a tal punto que los propios compañeros fueron los que compraron un par de zapatillas, pero el niño preocupado por la reacción de su padre las dejó en la escuela. En un gesto inaudito, Hernández se ofuscó y fue a buscar el calzado en la institución educativa y protagonizó un escándalo de dimensiones.
Este hecho y la intervención de la Defensoría de Niños, Niñas y Adolescentes, que entrevistó al hijo de Hernández, fueron suficientes para que un fiscal solicite la detención y un juez la autorice.
Los vecinos señalan a Hernández como “una excelente persona” y “muy enamorado de su hijo”. El allanamiento se demoró por dos razones, la primera fue la espera de la orden judicial. Segundo: el cerrajero tuvo dificultades para destrabar el candado del portón que da a la vereda y una puerta para acceder a la casa.
En el interior de la vivienda se secuestraron computadoras, memorias digitales, un cable de acero recubierto con un plástico que se usa para asegurar la bicicleta mediante candado y varios palillos de los que se utilizan para tocar batería.
La explicación de estos últimos elementos sería ver si podrían tener relación con supuestos castigos aplicados al menor, que es parte de lo denunciado.
Hernández había sido detenido en la sede del Ministerio Público de la Acusación cuando se presentó en esa sede para realizar una denuncia.
Allí, el propio fiscal le comunicó que había librado la orden de detenerlo, lo que provocó la furia de Hernández, quien amenazó en durísimos términos al fiscal delante de testigos.