Dos querellantes de la causa hicieron un repaso del periplo judicial. “El ‘a mí nadie me avisó’ se edificó antes, porque ya tenían un chivo expiatorio que fue Marcelo Álvarez”, sostuvieron.
En aquella oportunidad también hubo una elección cerca. El 27 de abril se votó para presidente y los comicios en Santa Fe se llevaron adelante con “normalidad”, aunque sería más atinado decir que se desarrollaron a pesar de las condiciones adversas para varios santafesinos de diferentes localidades, que estaban siendo invadidos por el agua del río Salado.
El martes 29 de abril de 2003, el caudal de agua enfurecido ingresó por calle Gorostiaga al casco urbano santafesino. Aunque el gobernador de ese momento dijo por los medios “a mí nadie me avisó”, no resultó creíble.
Sin tregua el Salado inundó la vida de 130 mil personas, 23 víctimas mortales produjo el paso del agua, pero esa nómina se agrandó hasta más de 150 con los secuelados.
Actualmente, la inundación de 2003 todavía no encontró justicia, pero la causa si tiene dos condenados: Edgardo Wilfredo Berli, exministro de Obras y Servicios Públicos de la provincia, y Ricardo Angel Fratti, exdirector provincial de Obras Hidráulicas. Ambos recibieron la pena el 1 de febrero de este año de tres años de ejecución condicional por el delito de estrago culposo agravado por la muerte de 18 personas.
El presente
A 16 años de la inundación, los querellantes de la causa Milagros Demiryi y Jorge Castro analizaron en el programa Apto para Todo Público la situación de la causa a más de una década y media del hecho.
Castro sostuvo que “el ‘a mí nadie me avisó’ se edificó antes, porque ya tenían un chivo expiatorio que fue Marcelo Álvarez, no sabremos quién lo libreteó porque se lo llevó a la tumba. Es una problemática que es necesaria abordar, más allá del hecho en sí que tuvo la ciudad de Santa Fe, desde su fundación hasta hoy, es el hecho más importante, Santa Fe nunca tuvo 158 muertos”.
Por su parte, Demiryi sostuvo que “es una fecha fuerte, que nos conmueve y nos reafirma en la decisión que tomamos en el primer momento que emprendimos una vez contra las injusticias en democracia”.
El rol del Estado
“Esto requiere que se sienten los inundados, las organizaciones de derechos humanos, las organizaciones políticas y el estado, pero no para hacer lo que hizo José Corral con la Fundación Rockefeller y nos vengan a decir que somos una ciudad resiliente. La impunidad no es sólo que Carlos Reutemann esté en el Senado, sino que el Estado haya mirado para otro lado”, enfatizó Castro.
También, Demiryi analizó que “este año es distinto, llegamos con dos condenados a tres años, que no son suficientes para el crímen hídrico, pero para lo que fue la lucha contra la impunidad judicial, política, legislativa, económica, eso es un triunfo, hemos tirado algunos ladrillos de la barrera de la impunidad”.
“El fallo tiene 150 fojas, en las últimas cinco tiene los más substancial y allí hay un análisis del juez Octavio Silva que nos parece correcto, en general analiza el antes, el durante y el después, en ese recorrido dice que la cadena de responsabilidad no está completa y hay que ir para arriba”, sostuvo Castro.
Por último, Demiryi aclaró que “ya no se trata de lo que dicen los inundados, sino que es un fallo de la Justicia sobre la responsabilidad penal de funcionarios santafesinos, esto no es un dato menor porque no hay fallos de este tipo en el país”.