Ayer, la Cámara de Diputados provincial aprobó un proyecto de comunicación perteneciente a Marita Ayala. Se propone que el Ministerio de Salud implemente las recomendaciones de Unicef para que los pequeños puedan permanecer junto a sus padres en la sala de neonatología todo el tiempo que sea posible.
Durante la víspera, la Cámara baja provincial aprobó un proyecto de comunicación perteneciente a Marita Ayala que propone que, a través del Ministerio de Salud, se implementen las recomendaciones incluidas en el punto número 9 del Decálogo del Prematuro establecido por Unicef Argentina. Allí se reconoce el derecho de los niños recién nacidos prematuros a permanecer junto a sus padres en la sala de neonatología todo el tiempo que sea posible.
“Si bien esto ya se ha adoptado en algunos efectores públicos de la provincia, se pretende que se haga extensivo a todo el sistema privado y público de salud, garantizando este derecho fundamental del niño y de sus padres, que deben atravesar esta difícil situación”, sostiene el comunicado de prensa emitido por Diputados y diputadas socialistas.
El por qué de este proyecto
El Decálogo del Prematuro establecido en 2013 por Unicef Argentina, dispone en su punto número 9: “El recién nacido prematuro tiene derecho a ser acompañado por su familia todo el tiempo” y la Declaración de los Derechos del Niño Hospitalizado firmada por el parlamento europeo en 1986 también establece que “los niños en el hospital tienen el derecho de estar junto a sus padres o a un sustituto de los padres, todo el tiempo que permanezcan internados”.
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La permanencia de los padres al lado del recién nacido prematuro forma parte de sus necesidades vitales para una mejor y más rápida recuperación. Sin embargo, investigaciones de Unicef Argentina develan que el derecho que tiene el niño prematuro hospitalizado a permanecer junto a su familia, es uno de los más vulnerados en las salas de neonatología de todo el país y las condiciones impuestas por las instituciones médicas públicas y privadas de Argentina establecen en la práctica que un bebé nacido antes de tiempo o con un problema de salud es “mejor atendido” sin la “interferencia” permanente de sus padres.