En tres años de dictado de cursos, fueron preparados para la atención de emergencias en toda la provincia.
Las ministras de Educación y de Salud, Claudia Balagué y Andrea Uboldi, respectivamente, reconocieron a Inés Gómez, una estudiante de la carrera de Enfermería que se dicta en el anexo del Instituto Superior Profesorado (ISP) Nº 60 de barrio Yapeyú de la ciudad de Santa Fe, por su actuación en el marco de sus prácticas finales en el servicio de emergencia SIES 107, al atender a un hombre que estaba sufriendo un paro cardíaco.
En este caso, la futura enfermera estudia una carrera vinculada con el área de la salud, pero la provincia viene dictando cursos de técnicas de reanimación cardiopulmonar (RCP), desobstrucción de vías aéreas y uso del desfibrilador externo automático (DEA) también en las escuelas secundarias y en el nivel superior.
Hasta el momento, 139.218 estudiantes de los últimos dos años de las escuelas secundarias y del último año del nivel superior, junto a los docentes de las instituciones, recibieron esta formación en toda la provincia.
La ministra de Educación sostuvo que “la escuela como institución social es uno de los ejes de la política educativa santafesina. Y que nuestros alumnos aprendan estas técnicas de RCP que podrían en alguna ocasión salvarle la vida a algún compañero, familiar o alguna persona en la calle hasta que llegan los servicios de emergencia, es inculcarle a los chicos valores de ciudadanía, de solidaridad, en una sociedad cada vez más individualista”.
Balagué sostuvo, además, que los chicos son los agentes primordiales para incentivar buenas prácticas. “Lo vemos con la educación ambiental y vial, con la ESI, con los libros de Tertulias Literarias que promueven la lectura, con los consejos de convivencia, con pedagogía emprendedora. Los chicos aprenden valores en la escuela y los llevan a sus hogares, a sus barrios. Y esto tiene que ver con una escuela activa, que quizás no se visibiliza tanto, pero que está en la cotidianeidad de cada día”.
Salvando vidas
Anabella Meconi es docente de matemáticas en la escuela secundaria N° 600 de Carrizales y en la escuela de Comercio de Totoras, donde reside con su familia. Ella tiene un hijo a quien a los diez meses de edad lo diagnosticaron con espasmos de sollozos.
“Básicamente hacía apneas, dejaba de respirar. La primera vez que pasó le hice respiración boca a boca y fuimos rápido a urgencias. Luego, cuando tuvimos el diagnóstico fuimos todos -mi marido, la niñera y yo- a hacer un curso de RCP, y más tarde volví a ver la técnica en la escuela de Carrizales donde repasé este recurso que debía aplicar en mi hijo cada vez que tenía un episodio; ahora él ya está bien”, contó la docente, quien aseguró que los profesionales le recomendaron volver a hacer el curso cada vez que pudiera.
En su experiencia, saber esta técnica “es realmente importante”. Por eso consideró que “es muy bueno que se les enseñe a los estudiantes en la escuela, porque llegado el caso pueden aplicarla con algún hermanito, ante algún posible accidente en una pileta. A mí me surgió así de repente que mi bebé dejó de respirar cuando le estaba cambiando el pañal y supe cómo actuar para salvarle la vida”.
Valentina Spalletti, una joven de Cayastá que está próxima a terminar el profesorado de Educación Física en el ISEF N° 27 de Santa Fe, recuerda muy bien un episodio que tuvo en la escuela secundaria de su localidad.
“Una compañera se estaba ahogando con un caramelo en el salón de clases en un recreo. Al principio pensábamos que nos hacía una broma y nos reíamos, pero de pronto ví que se ponía blanca. La llevé aparte, la abracé por atrás y empecé a hacer presión; lo hacía muy débil así que vino una compañera a ayudarme a presionar con más fuerza y pudo escupir el caramelo. Quedamos todos muy asustados”, contó Valentina.
Dijo que pudo actuar porque “ese año habíamos visto el tema en la escuela, así que en el momento me acordé. Creo que un episodio así lo puede tener cualquiera, en su casa, en la escuela, el club, la calle y es importante saber actuar. Cuando ingresé al Isef una chica sufrió un síncope y unos compañeros le prácticaron RCP hasta que llegó el servicio de emergencia; le salvaron la vida”.
En tanto, Inés, la estudiante de enfermería de Yapeyú, la familia del hombre que ayudó en la calle le escribió una carta de agradecimiento. “Sinceramente estoy muy emocionada con todo lo ocurrido; yo siento que hice lo que tenía que hacer. Y sí, fue una práctica de enfemería acelerada”, indicó Inés, que con 41 años le quedan dos materias para terminar Enfermería gracias a que la cartera educativa abrió la carrera en su barrio.
Adhesión a la ley
El director de Educación Física del Ministerio de Educación, Ricardo Caruso, recordó los comienzos con RCP en las escuelas en el 2015, a partir de la necesidad de cumplir una ley nacional. “A fines de 2016, Santa Fe adhiere a esa norma y lo que hicimos fue articular con el SIES 107 del Ministerio de Salud y con Protección Civil que también dictan cursos de RCP para aunar esfuerzos y llegar a la mayor cantidad de personas posibles”, explicó el funcionario.
La adhesión de la provincia a la Ley Nacional 26.835 -del año 2012- que obliga a las escuelas públicas y privadas, de nivel medio y superior, a la realización de actividades de capacitación y promoción en Técnicas de Reanimación Cardiopulmonar (RCP) básicas, se sancionó en noviembre de 2016 por una iniciativa del entonces senador Emilio Jatón.
Según consideró Caruso, “conocer esta técnica es hacer prevención y promoción de la salud entre nuestros estudiantes. Las actividades de este año ya las iniciamos en las colonias de vacaciones donde se capacitaron a chicos entre los 10 y 13 años”.
En qué consisten
Emilia Algalarrondo, referente provincial del Programa “RCP en las Escuelas”, detalló que los cursos consisten en cinco videos sencillos, en los que se habla de prevención y cuidados de la salud (factores de riesgo, alimentación saludable, etc.), se presenta un instructivo sobre desobtrucción de las vías aéreas, cómo se usa el desfibrilador externo automático, cómo se hace RCP.
Después, los estudiantes ponen en práctica la técnica con unos torsos (muñecos) en los que aplican RCP al ritmo de un tema musical que puede ser la Marcha de San Lorenzo o el tema “Stayin’ alive” porque ambos tienen un “tempo” musical que permiten lograr de 100 a 120 compresiones por minuto, que es lo que requiere la técnica de RCP.
“Realmente siempre tenemos una recepción increíble de las escuelas, que están muy predispuestas. Los chicos se enganchan enseguida, luego se sacan fotos con los muñecos. Siempre tenemos una demanda importante y la gente pide que vayamos”, resaltó Algalarrondo, quien destacó que para el 2018 “logramos llegar con los cursos al 80% de los establecimientos públicos secundarios y de nivel superior de la provincia”.