Fue este domingo, con música, baile, cena a la canasta y feria agroecológica en La Redonda. Todos los espacios del Tríptico de la Imaginación se llenaron de actividades.
Los espacios del Tríptico de la Imaginación (La Redonda, Arte y Vida Cotidiana; El Molino, Fábrica Cultural; y La Esquina Encendida), Sapukay – La Casa de Fernando Birri y El Alero, dependientes del Ministerio de Innovación y Cultura, realizaron este domingo el cierre de año con una gran feria y cena a la canasta que se desarrolló en La Redonda (Salvador del Carril y Belgrano, Santa Fe).
“Qué fantástica esta feria” fue el nombre del evento que comenzó pasada las 18, donde las familias de la ciudad pudieron disfrutar de diversas propuestas: artistas en escena, músicos, un gran patio con juegos de kermes, donde el palo enjabonado y la adivinadora con sus cartas y bola de cristal se llevaron todas las miradas. También estuvo el tradicional sapo, la carrera de embolsados, ponerle la cola al burro y un sector para jugar a hacer burbujas, entre otras actividades.
En el otro extremo del parque se encontraba una feria agroecológica, donde se pudo conseguir desde frutas y hortalizas, hasta fernet y cerveza artesanal, así como conservas y gran variedad de productos. Las y los puesteros pertenecen al área metropolitana de Santa Fe y son quienes forman parte del Mercado de Mi Tierra, un formato de comercialización directa desde el productor al consumidor que promociona el ministerio de la Producción de Santa Fe, con el fin de lograr precios justos y poner al alcance de todos alimentos sanos y de calidad. Los productos comercializados son aquellos que han sido destacados con la marca provincial “De Mi Tierra Santa Fe”.
Durante la jornada, las y los asistentes fueron llegando a La Redonda con sus conservadoras y comida para compartir una cena a la canasta, mientras desde el escenario sonaba Eterna Siesta, banda local que hace tango fusión. También fueron parte de la nochecita de festejos la Escuela de Danza Municipal de Rincón «Mi terruño» y HAM Compañía de Danza, quienes inauguraron la pista de baile e invitaron a los presentes a seguir el ritmo. Luego, el baile de la escoba y las coreografías propuestas desde el escenario por los anfitriones, pusieron a chicos y grandes a bailar.
El cierre, pasado el tradicional ritual que los espacios culturales proponen con palabras, música y luces, fue con Los Ranser, quienes desplegaron durante casi una hora el cancionero popular de los años ’60 y ’70.
El objetivo propuesto por los espacios culturales con «Qué fantástica esta feria” se cumplió, una vez más, ampliamente. Vale decir, continuar con la tradición barrial de festejar todos juntos, en una mesa compartida, como una forma de ocupar el espacio público y encontrarse con vecinos, amigos y familia.