El mundo del teatro siempre nos sorprende con propuestas que invitan a la reflexión, y La piel en carne viva, dirigida por Alberto Serruya, no es la excepción. Esta obra, cargada de metáforas y referencias históricas, nos lleva a cuestionarnos sobre la ciencia, la vida, la obsesión por el cuerpo y el paso del tiempo.

Un hombre que compite con Dios

«La piel en carne viva» está inspirada en una potente frase de Leonardo Da Vinci: “Una obra de arte nunca se termina, solo se abandona”. Desde esta premisa, la trama se sitúa en un sótano oscuro y húmedo donde un médico, desesperado por devolver la vida a una mujer, compite con lo divino. Rodeado de flores, este personaje intenta lo imposible mientras es asistido por otra mujer que, obsesionada con documentar cada detalle, no deja de escribir.

Influencia histórica: el mito del cuerpo de Eva Perón

La obra no solo nos transporta a un ambiente cargado de tensión y simbolismo, sino que también toca temas históricos. Serruya reconoce una inspiración directa en el mito alrededor del cuerpo embalsamado de Eva Perón. “No responde a la realidad, pero tampoco importa. La obra se centra en la obsesión de este hombre por devolver la vida a un cuerpo, en una referencia oblicua al tratamiento del cadáver de Eva”, explica el director. Este hecho histórico sirve como un telón de fondo que se mezcla con el mito de Frankenstein y la eterna lucha entre ciencia y teología.

Una reflexión sobre el cuerpo, la vida y el paso del tiempo

La obra, sin embargo, no se queda solo en lo histórico o en la ciencia. Alberto Serruya nos invita a reflexionar sobre cuestiones más profundas: la belleza, la verdad, la identidad y el paso del tiempo. “Nos interesan las preguntas, no las respuestas categóricas. Queremos que el público debata, que la obra sea un espacio para la reflexión”, comenta.

El elenco y un intrigante tercer personaje

El elenco de La piel en carne viva está compuesto por talentosos actores como Melissa Malatesta y Gustavo Venders. Pero lo que más llama la atención es la mención de un misterioso tercer personaje que no es interpretado por un actor convencional. “Es un artefacto teatral que creamos con un equipo entre Santa Fe y Buenos Aires. Es un personaje clave en la obra, pero prefiero mantener el misterio hasta que vengan a verla”, asegura Serruya, aumentando la expectativa.

Estreno en Santa Fe

La obra ya ha tenido su estreno en Santa Fe, en el Teatro de la Abadía, y ahora llega al Centro Cultural El Birri, una sala emblemática en el sur de la ciudad. Los interesados podrán disfrutar de esta fascinante puesta en escena el próximo 4 de octubre.

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