La periodista Thamina Habichayn, junto a un equipo de profesionales, presentó un informe estremecedor titulado «Bebés de las drogas», en el que expone las secuelas del consumo de drogas durante el embarazo. Este trabajo, realizado a lo largo de seis meses, revela una alarmante realidad que afecta a los recién nacidos en las provincias de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires.
«El informe aborda la situación de los bebés que nacen de embarazos en los que se consumieron drogas, tanto legales como ilegales», comenta Habichayn. «Las sustancias más comunes encontradas en los casos analizados fueron la cocaína y la marihuana, aunque también se detectó el consumo de alcohol.»
El estudio muestra un incremento preocupante de nacimientos afectados por el consumo de sustancias. En Rosario, por ejemplo, los casos aumentaron casi un 200% en los últimos cinco años. En la Maternidad Martin, la más grande de la ciudad, en 2023 nacieron en promedio siete bebés por mes expuestos a estas sustancias.
El contexto social y el impacto de la pandemia
Habichayn destacó que el aumento del consumo de drogas durante la pandemia tuvo un impacto directo en estos casos. «Los analistas ya venían advirtiendo sobre el crecimiento del consumo de sustancias, y ahora estamos viendo sus consecuencias en la población más vulnerable: los recién nacidos», señaló.
El contexto en el que se da este consumo está marcado por la pobreza y, en muchos casos, por la convivencia directa con el narcotráfico. «Las mujeres que consumen durante el embarazo muchas veces son fumadoras pasivas de marihuana, por ejemplo, simplemente por estar en contacto constante con personas que consumen», explica la periodista.
Un problema multidisciplinar sin respuesta clara
La investigación revela que no existen protocolos a nivel nacional ni provincial que aborden esta problemática de manera integral. «A pesar de que algunos hospitales, como el Hospital Roque Sáenz Peña en Rosario, han implementado sus propios protocolos para detectar casos de consumo, la realidad es que no hay una política de Estado que articule salud, asistencia social y salud mental para abordar esta cuestión», comenta la periodista.
El equipo de investigación también encontró que el seguimiento de los bebés expuestos a drogas es limitado. «Se hace una observación de entre 5 y 7 días tras el nacimiento, pero lo que sucede después es incierto», lamentó Habichayn.
Historias de lucha y superación
No todo es desesperanza. El informe también rescata casos como el de Naay, una joven de 18 años que dejó de consumir drogas durante su embarazo, gracias a la ayuda de la Secretaría de Niñez de la provincia de Santa Fe. «Es un caso testigo que demuestra que, con el apoyo adecuado, es posible revertir la situación y ofrecer un mejor futuro a estos niños», afirmó.
Este informe, disponible en ruido.org, es un llamado de atención para que se implementen políticas públicas que frenen esta tendencia y protejan a quienes no tienen voz en esta situación. «Es necesario un enfoque multidisciplinar que incluya salud, asistencia social y medidas contra el narcotráfico», concluyó Thamina Habichayn.
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