El Movimiento Evita, a través de sus integrantes Paula Canalis y Santiago Gunst, ha llevado a cabo un exhaustivo relevamiento de basurales en la ciudad de Santa Fe, detectando un total de 232 sitios de acumulación ilegal de residuos. Este trabajo, que comenzó el año pasado, ha revelado una situación alarmante y, a la vez, propone soluciones concretas para la erradicación de estos microbasurales.
Inicios del Proyecto: Relevamiento y Participación Ciudadana
«Nosotros arrancamos el año pasado esta investigación, en principio acompañando a las cuadrillas de higiene urbana que forman parte de nuestra organización», explicó Paula Canalis. Estas cuadrillas están compuestas por vecinos que se organizan para limpiar sus barrios, especialmente aquellos donde la gestión de residuos es deficiente. Fue durante estos recorridos que el equipo del Movimiento Evita notó la magnitud del problema de los microbasurales en la ciudad.
Para ampliar su investigación, decidieron abrir una convocatoria a la ciudadanía. «Largamos un video contando lo que estábamos haciendo y la verdad es que recibimos una cantidad enorme de mensajes», comentó Santiago Gunst. Casi la mitad de los basurales relevados fueron reportados por los propios vecinos, lo que permitió a los integrantes del movimiento confeccionar un mapa detallado de la ciudad.
Resultados y Comparaciones Alarmantes
Hasta el 10 de agosto de este año, el relevamiento del Movimiento Evita contabilizó 232 basurales en Santa Fe. «Es un número alarmante si lo comparamos con Rosario, que es tres veces más grande en demografía y extensión, y que cuenta con 270 basurales según un relevamiento reciente», subrayó Canalis.
El equipo del Movimiento Evita también se tomó el trabajo de medir la superficie total de los basurales detectados, estimando que superan los 11.000 metros cúbicos, lo que equivale a casi dos canchas de fútbol llenas de basura.
Causas y Propuestas para la Solución
La investigación de Canalis y Gunst identifica dos principales causas para la proliferación de microbasurales en la ciudad: las fallas en el sistema de recolección de residuos, especialmente en las zonas periféricas, y los malos hábitos de los vecinos. «Estas dos cuestiones se retroalimentan constantemente», explicó Gunst, destacando que una mala recolección desincentiva a los vecinos a cumplir con las normativas de disposición de residuos, lo que a su vez dificulta la eficiencia del sistema de recolección.
El informe elaborado por el Movimiento Evita no solo denuncia el problema, sino que también propone soluciones basadas en experiencias exitosas dentro de la ciudad. Una de las estrategias más efectivas identificadas es la implementación de cuadrillas de higiene urbana, compuestas por vecinos que conocen bien su barrio y pueden coordinarse con el sistema de recolección para erradicar los basurales.
Desafíos y Reacciones
A pesar de la gravedad de la situación, la reacción del gobierno municipal ha sido limitada. «Es prácticamente imposible limpiar 200 basurales todos los días, como afirmaron desde la municipalidad», cuestionó Gunst, señalando la falta de capacidad operativa para enfrentar el problema de manera efectiva.
El Movimiento Evita insta a las autoridades a tomar medidas más concretas y a implementar políticas de promoción ambiental que realmente cambien los hábitos de los vecinos. «Hoy en día, la promoción ambiental es una arista fundamental en la gestión de residuos, pero pocas veces se ejecuta de manera efectiva», concluyó Canalis.
El informe completo, que incluye los datos recolectados y las conclusiones del Movimiento Evita, ya fue presentado a la municipalidad, junto con una serie de propuestas para mejorar la gestión de residuos en la ciudad. Canalis y Gunst esperan que estas sugerencias sean tomadas en cuenta para desarrollar una estrategia efectiva que permita reducir el número de basurales en Santa Fe y mejorar la calidad de vida de todos sus habitantes.
NOTA COMPLETA