Julián Benítez, representante de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete, analizó la caída del 16% en las ventas para el Día del Niño, las causas detrás de esta baja y los desafíos que enfrenta el sector en medio de la crisis económica y el avance de las tecnologías.

Ayer se dio a conocer una estadística preocupante para la industria del juguete en Argentina: las ventas para el Día del Niño cayeron un 16% en comparación con el año anterior. Julián Benítez, representante de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete, detalló que esta baja se debe principalmente a la falta de compras en zonas de menores ingresos, un fenómeno que ha golpeado especialmente a las jugueterías de barrio.

Benítez explicó que la caída se registró en todos los sectores, aunque de manera dispar. Mientras que las cadenas de supermercados y grandes tiendas mostraron una disminución más leve, las jugueterías de barrio experimentaron una fuerte baja, con un promedio de ticket de 9,000 pesos, en comparación con los 25,000 pesos en las cadenas más grandes. Este comportamiento refleja cómo la crisis económica está afectando de manera desigual a las familias argentinas, con un impacto mayor en las de menores ingresos.

Otro de los factores que ha influido en esta tendencia es la creciente preferencia de los niños por las pantallas y dispositivos electrónicos, lo que ha desplazado en parte al juguete tradicional. Según Benítez, aunque las pantallas han ganado terreno, el juguete sigue siendo esencial para el desarrollo de los niños, especialmente en las primeras etapas de la infancia. Los juegos didácticos y de mesa, que fomentan el desarrollo cognitivo y social, siguen teniendo un papel fundamental en este sentido.

Además, Benítez advirtió sobre el aumento de las ventas ilegales, especialmente a través de internet y el comercio informal, lo que también ha impactado negativamente en las jugueterías formales. A esto se suma una caída del 30% en las importaciones de juguetes, lo que complica aún más el panorama para los comerciantes.

Finalmente, Julián Benítez aconsejó a los padres que busquen equilibrar el uso de las pantallas con juguetes que fomenten la interacción y el desarrollo de habilidades. «Los chicos valoran el tiempo que sus padres pasan jugando con ellos, y eso es algo que un dispositivo electrónico no puede reemplazar», concluyó.

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